¡Auxilio! (A Francisquita)
Como en toda familia está quien manda
y luego quien se ocupa de la casa,
soy la hermana pequeña, eso me pasa
por ponerme al servicio de esta panda.
Les lavo y plancho sábanas de holanda,
en la cocina amaso bien la masa,
al trabajo jamás le pongo tasa:
me esfuerzo en todo lo que se demanda.
Pero un día envejezco y deterioro,
y me quedo sin fuerza, ley de vida,
la madre guapa piensa que es desdoro
y me acusa de floja y consentida,
me mandan a un psiquiatra y me empastilla,
¡de chacha vocación, qué pesadilla!
Ramana