Cuando se hizo un traje a medida para la obra y se preparó la figura del instituto secular todo andaba bien, calzaba perfecto pero … bueno exijamos a estas buenas personas unos votos particulares y poco después, prohibamos que estos seculares se dediquen a trabajos que tengan que ver con capitales y otras cosas pecaminosas, nada de banqueros y otra gente de mal vivir.

Es decir que una vez terminado el traje, le cortaron la manga derecha y le dejaron cortito el pantalón izquierdo: adefesio vil. Y la obra necesitó agarrarse a los privilegios pero ¿los buscó ella o no hubo más remedio? Y, por supuesto, nadie quiere estar en un lugar donde te dejan estar por lástima a pesar de que eres raro, efectivamente la obra ya no era un instituto secular, era un pegote en esa denominación.

Después de mucho rezar por la intención especial llegó la bula Ut Sit cuando, en ese momento, los canonistas trabajaban con el último esquema preparativo del CIC y en él, las prelaturas personales tenían pueblo y puebla propios. Todos felices, se acabaron de una vez los votos de las narices, empezamos a ser personas normales, o más normales porque para algo dependíamos del prelado y para otros algos del obispo local. Pero genial, llegamos.

Y poco después el CIC dijo que nones, que nada de indígenas en las prelaturas personales, que solo curas, diáconos y no sé si seminaristas. Que no era posible algo así, que cómo se le ha ocurrido a alguien ese pegote. Y, uno que es cretino pero solamente hasta las ocho de la mañana, se pregunta qué son los ordinariatos castrenses o las prelaturas nullius. Vamos que creo que habiendo querido … tal vez no estarían en tantos problemas ahora.

Ya sé que no es todo tan sencillo como lo he expuesto pero que un pelín de mala lechecita seguro que también la ha habido. Otra cosa es preguntarse si ese trato ha sido ganado a pulso o no (yo creo que sí, pero eso es harina de otro costal).

Lo dejo aquí para que penséis y -por supuesto- no tenéis que estar de acuerdo conmigo, ya me he acostumbrado a pasear en mi selva a veces solo.

Abrazos

Zartán