Tragedia de un Agregado.- Amadeo
Fecha Monday, 19 February 2024
Tema 076. Agregados


Recientemente, tuve la oportunidad de viajar a una ciudad donde residí durante mi tiempo como Numerario. Durante mi visita, me reencontré con amigos y rememoré los buenos momentos vividos en esa ciudad. Entre las personas que volví a ver se encontraba un miembro activo de la Obra. Al preguntar por los que quedan, incluido un Agregado que recuerdo como una persona sumamente noble, me sorprendió enterarme de que estaba atravesando dificultades económicas. Esto me desconcertó, considerando que es un profesional que trabaja en el colegio labor personal de la ciudad.

Al profundizar en la conversación, la respuesta fue: “es que el director no le suelta un peso”. Según me explicaron, el director tiene posesión de la tarjeta bancaria del Agregado y la utiliza según su propio criterio. El hombre cada semana realiza su movimiento económico pero el director le da solamente la mitad de lo que pide, ya que “están cortos de dinero y necesitan que gaste menos”.

Frente a esta situación, el Agregado se vio obligado a buscar formas adicionales de subsistencia. En secreto, imparte cursos y procura que le paguen a través de terceros para evitar que el director tenga acceso a esos fondos. Con las ganancias obtenidas, logra satisfacer parcialmente sus necesidades.

La incredulidad me invadió al escuchar esta historia. Me pareció un claro abuso económico: primero, se apoderan de su tarjeta bancaria y, en segundo lugar, solo le proporcionan una fracción de lo que pide. Desconozco si esta disposición es particular del director en cuestión, de esa ciudad o si es una práctica a nivel regional.

Cuando dejé la Obra, este tipo de manejos económicos ya no se llevaban a cabo. Cada miembro gestionaba su propio dinero, su cuenta bancaria y pagaba la mensualidad del centro. En ese entonces, se fomentaba la generosidad para contribuir con la mayor cantidad posible claramente.

Desde mi perspectiva personal, el aspecto económico siempre fue uno de los aspectos que más malestar me generó. No comprendía por qué el fruto de mi trabajo debía entregarse íntegramente a la Obra. Durante mis diez años como Numerario, las veces que realicé el denominado "movimiento económico" (como se le llamaba en mi región) fueron escasas. En mis primeros años en la Obra, consideraba totalmente irracional tener que ir al secretario después del círculo para solicitar dinero. Por ende, yo manejaba mi propio dinero y no entregaba mi tarjeta bancaria, a pesar de recibir correcciones fraternas, reprimendas en la confidencia y del secretario. No obstante, no me importaba. Con el tiempo, se abandonó ese enfoque y se otorgó una mayor "libertad".

Reflexiono sobre cuántas personas entregan todo a la Obra durante tantos años y en qué medida. En caso de abandonar la institución, se enfrentan a la difícil tarea de reiniciar sus vidas, conscientes de que el fruto de su trabajo no les pertenece; la Obra se lo ha llevado y no será devuelto.

Amadeo









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28387