¿Numerarias auxiliares o un agregado mayordomo?.- Carlos B.
Fecha Friday, 09 February 2024
Tema 076. Agregados


 El escrito de Saturia Valentín “El irracional clasismo del fundador (26 enero de 2024) me ha recordado una anécdota de hace muchísimos años, primeros setenta del pasado siglo. Yo era numerario y miembro del consejo local de un centro en el que se llevaba una obra corporativa dedicada a la enseñanza en un distrito obrero de la ciudad. También había allí un centro de agregados (no recuerdo si por entonces se llamaban oblatos todavía) que empezaban a formar parte de consejos locales y que podían tener, por tanto, acceso a algunas notas internas de las que se enviaban desde Roma para infinidad de asuntos.

 

Un día me encontré al director expurgando algunas notas que él creía que podían ser ofensivas para los agregados. Había una que recomendaba que, si en alguna ocasión se invitaba a almorzar en el centro a alguien que pudiese escandalizarse por el servicio de comedor, a cargo de unas numerarias auxiliares perfectamente vestidas como servidoras de una casa de alto nivel económico, con frecuencia jóvenes y guapas, se hiciese servir la mesa a algún agregado.

 

Al buen director le parecía, con razón, que la nota podía escandalizar a cualquier agregado que la leyese y decidió retirarla de la vista; no sabría decir si, además, comunicó la inconveniencia a Roma, por el cauce reglamentario. A mí me escandalizaba también que el motivo de fondo fuese evitar el "qué dirán" que podría surgir a la vista del servicio doméstico de lujo, o de que fuesen mujeres jóvenes quienes servían la mesa, pero en Roma no parecían caer en la cuenta de que un escándalo similar podría producirse si la mesa la sirviese una especie de mayordomo, parece que a ellos les preocupaba más la posible murmuración sexual que la de los lujos. ¡Qué cosas!

 

En aquellos momentos se vivía también un clima de extrema exigencia por parte de las notas de Roma, pero el director tenía buen sentido y no hacía demasiado caso porque seguramente pensaba que los numerarios de aquel centro ya tenían bastante como para ser acosados con exigencias un poco histéricas, además de que había bastantes que no habrían hecho el menor caso. Era el tiempo del posconcilio y el Opus Dei empezaba a presentarse ante nosotros como la única iglesia fiable y no herética, cosa que no dejaba de ser mosqueante para algunos.

 

Supongo que todo aquello, incrementado con la llegada de un nuevo director totalmente fanático porque el anterior se hizo sacerdote, supuso para mí una de esas señales que me empezaron a suscitar dudas de fondo sobre la organización y sobre si yo quería seguir siendo un directivo en ella, como empezaba a ser.

 

Carlos B.









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