Magisterio y crítica a la Obra.- Flavia
Fecha Friday, 10 September 2004
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Magisterio

Amigos:

Desgraciadamente no puedo escribir muy seguido últimamente, pero sigo los correos y otras actualizaciones.

De las muchas cosas sobre las que me interesaría escribir, quiero destacar sólo una: la que involucra el vínculo entre la fidelidad al Magisterio de la Iglesia, la posición crítica hacia la Obra, y la eventual condición de católicos "ortodoxos" de quienes sostienen ambas cuestiones.

- El Magisterio tiene un campo de "realización" muy claro: fe y moral. Creo que es inútil seguir proponiendo que la Obra es un artículo del Credo, o que criticarla va contra la moral católica.

- Yo no pretendo que la Obra se hunda en el abismo, que implote, o cosas así, sólo creo lo siguiente:

a- que si la Obra es una institución reconocida por la Iglesia, entonces me parece necesario que la Iglesia tome nota de lo que sucede en la Obra, en la realidad, no en la fraseología y que se haga cargo de aquello que ha aprobado, yo no creo que conociendo la verdad de lo que sucede allí, un Pastor de la Iglesia de Dios pueda quedar indiferente.

b- que la Obra, en consecuencia, se ajuste a la enseñanzas de la Iglesia, y deje de pensarse mesiánicamente, como una especie de "pueblo escogido" con poder de establecer un "estado de excepción" para la vida de sus miembros: que cumpla los diez mandamientos, y los usos y prescripciones de la Iglesia en los ámbitos cruciales de la vida interna.

c- que "denigrar a la Obra", expresión que aparece en algunos mails de estos días, no refleja exactamente lo que pretendemos (pretendo) algunos de los críticos de la Obra. Entiendo que el asunto no es "denigrar" a nadie, es decir lo que no se dice, discutir lo que no se discute, poner las cuestiones difíciles de manifiesto. Si la Obra tuviera a bien reconocer, al menos, la existencia de los ex miembros que realizan críticas, no calificándolos de "desviados", "descaminados", "traidores", o "incapaces", sino admitiéndolos como interlocutores, sería más fácil aclarar el panorama, pero no, la Obra ha decidido que no existimos o somos secuaces del "diablo"... ¿qué es eso sino llana "denigración"?... qué tipo de cristianismo avala ésto... y, lo central... ¿en qué vulnera al Magisterio eclesial el poner en palabras lo que muchos entendemos como deshonesto, perjudicial e injusto en los usos y doctrinas internas de la Obra?. No creo que eso sea denigrar, se trata de pensar y hablar con rectitud de corazón.

d- Ojalá pudiéramos desprendernos de tanto "verticalismo racionalista", algo mucho menos católico de lo que se supone en su esencia, y que surge de organizar los vínculos con la autoridad eclesial, desde la óptica de la deducción racional, y no de la fidelidad bautismal... La fidelidad no es fácil, no es una receta, no emerge de una codificación legal, es parte de la integridad de la experiencia creyente, y tiene su dosis de martirio, su dosis de audacia, su dosis de paciencia, y su base de amor a la Comunidad de los que siguen al Señor JesuCristo crucificado y resucitado. Pensemos en algunos santos claves para la historia eclesial, y veremos que la cosa para ellos no fue fácil en este terreno. Como repite San Pablo todo el tiempo "Dios es fiel", nosotros respondemos a esa fidelidad, y la respuesta "ortodoxa" ha de ser "ortopráctica", si no, caemos en el fariseísmo o la cerrilidad.

e- Como he comentado muchas veces, muy probablemente en la Obra haya gente santa, y también pueden existir personas que se acerquen a Dios a través de la Obra, pero eso no cambia los tantos, en todo caso, los complejiza, pues, si estas cosas suceden es por la virtud de esas personas, y por la gracia de Dios, pero, me apena decirlo, si toda institución de la Iglesia existe para ayudar a los fieles a vivir en plenitud la vida cristiana, creo que esa "razón" de existir no es la vivida en la Obra, aunque sea declamada. Ojalá lo fuera, mi vida y la de muchos y muchas habría tenido otros derroteros.

f- Finalmente, y contra toda resignación o complicidad, aquello de que "Dios sabe más", no quiere decir que hay que dejar la justicia y la verdad para más adelante, y que Dios es como un "manto piadoso" echado sobre las miserias humanas, de los individuos y las instituciones, sino que en el misterio de Dios está nuestra verdad, y que Él es el Justo... por ahí va el problema de la fidelidad al Magisterio: en ser hijos, no esclavos. Ser hijos implica vivir como vivió el Hijo: y esa vida fue una vida verdadera e íntegra. No se nos ofrece menos a nosotros, ni, creo yo, debemos conformarnos con menos.

Un abrazo, y espero que hasta pronto.
Flavia







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