Hace tiempo que no envío nada, leer si leo lo que se publica.
Vi la foto de todos esos numerarios que se supone que son los que van a arreglar el hundimiento. Va a ser que no, son ya muy mayores y seguramente apalancados en sus privilegios. La Cosa está tocada y hundida, flota porque aún hay dinero y aún quedan supernumerarios. Más alguna influencia en curias vaticanas o locales, pocas pero algo hacen. La Obra no tiene futuro porque ya no procrea, no se reproduce y eso es morir.
No entiendo ni de Derecho Canónico ni de Teología, fui pésimo alumno de semestres y de clases soporíferas, que cuando eran por escrito copiaba, si no ni recuperaba. Pero veo lo que veo, escucho a los ya mayores de mi edad que aún siguen dentro y es desolador, están acabados. A los escasos que alguna vez veo y con los que hablo. A otros los veo y me cambio de acera.
Estremecedor el testimonio del exnumerario de Santillana, dlmO, claro que había clases, que había numerarios que accedían a coches y a privilegios, de siempre, ya lo he escrito. Por eso esperé a acabar la carrera, coger un par de años de experiencia docente en un colegio de Fomento, preparar una oposición, aprobarla y largarme a un instituto y luego decirles bye bye. Desde que vi cómo y cuándo debía irme, empecé a tirar de dinero no declarado, de mi trabajo o de los negocios de la familia, nunca renuncié a los bienes patrimoniales porque eso era papel mojado sin base jurídica alguna. Cogí experiencia en el colegio y en un centro de mayores pude preparar la oposición con todas las bendiciones. La saqué y hasta nunca.
Un día contaré cómo se la di con queso porque en el fondo son unos panolis y enseñan a mentir y a fingir. Feliz 2024 en el que cerrarán centros. Saludos a Ramón Herrando, adjunto al capitán Smith en el Titanic. O en el bunker de la Cancilleria de Berlín. Herrando lo vio claro el último año de vida de Portiglione, se lo avisó y ni caso, Diossabe más.
Madurez