Sobre el trato con los ex y sobre la charla.- Galileo
Fecha Friday, 10 September 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


Anécdota sobre el trato con los ex, etc.

Estando de subdirector en el centro de estudios, en 5º de carrera, llegó un chico a hacer el primer año de centro de estudios e iba a empezar la misma carrera que yo. Me tocó llevar su charla fraterna: era un bendito, pura inocencia, un soñador y un poeta. Cuando hacía la charla a veces leíamos las poesías que había escrito. El "pobre" no sabía dónde se había metido, allí no pintaba absolutamente nada, y la eficacia que impone el opus Dei era como un rodillo que lo aplastaba. Podréis comprender que pasados unos meses se "vio" que aquella persona -la recuerdo con mucho cariño- no tenía vocación y se marchó a un piso de estudiantes. No hubo enfados ni malos rollos. Como estudiaba mi carrera me lo encontraba por los pasillos de la facultad y le saludaba con cariño y le preguntaba cómo le iba. Un día me paró y me dijo que quería hablar conmigo. Nos fuimos a una cafetería cercana a la facultad. En absoluto me escondía de hablar con él. Me quería comentar algunos asuntos académicos y sobre la conveniencia de volver a su ciudad de origen, quería saber mi opinión al respecto.

Al día siguiente, sin darle importancia, comenté al director del centro de estudios que había hablado con fulanito, y de lo que había versado la conversación. Se puso muy serio, se irritó sobremanera, y me advirtió de un modo muy tajante -en tono de bronca- que jamás volviera a hablar con un ex, sin permiso expreso de los directores superiores. Debo señalar aquí -por si alguien no lo sabe- que el cargo de director de centro de estudios es muy importante en el opus Dei. Su nombramiento depende directamente del Prelado y se examina con lupa la idoneidad del candidato. Por aquellos tiempos creo que tenía que ser un miembro inscrito. En ese caso, antes y después, ocupó cargos en delegaciones. Todo eso lo detallo para que se vea que no es la opinión de un chalado sin criterio ni él estaba hablando con un recién pitado (yo), por aquello de la llama que se apaga con un soplo. Sin duda existe -al menos entonces existía- una praxis de rechazo hacia los ex, supongo que por miedo a que "contaminaran" a los de dentro, en esa paranoia tan propia de los grupos sectarios.

Posteriormente, nunca dejé de saludar a los ex, pero notaba que bastantes se sentían incómodos o violentos, quizás por experiencias negativas anteriores. A mí, personas que me saludaban cordialmente e incluso me hacían la pelota cuando estaba dentro, dejaron de hablarme, y me criticaron a mis espaldas, pero todo se sabe. Ha habido alguna excepción. A un numerario incluso le invité a mi boda, aunque sabía que no asistiría, estaba pasando una mala época, con mucho rechazo desde dentro del opus -lo había defendido delante de directores e incluso curas que lo ponían verde-, pero supongo que remontó, cambiaron los vientos y sigue dentro. La verdad es que profesionalmente iba a salir muy mal parado, porque ocupa un cargo muy importante en una obra corporativa muy importante.

Me ha gustado mucho la carta del oreja Pablo (8/9), coincido con sus apreciaciones.

En cuanto a lo que comenta y pregunta Jorge (8/9) sobre la fundamentación teológica de la charla fraterna, algo he escrito en la web al respecto. Creo que la dirección espiritual como tal y como debe ser -para quien la quiera- es simplemente una ayuda, un impulso, una orientación, sin ningún vínculo con las estructuras de gobierno de la institución a la que uno pueda pertenecer. En ese caso la autoridad del director es puramente moral y reside en su experiencia, formación, edad… La voluntad de Dios actúa por medio del Espíritu Santo directamente en la conciencia del dirigido, quien asumiendo los riesgos propios de la libertad, debe actuar según juzgue oportuno en conciencia. El director debe fomentar la libertad de conciencia y las virtudes del dirigido. En el opus la charla fraterna no es propiamente dirección espiritual, sino que básicamente es un medio de control y de gobierno. En los casi 10 años que recibí charlas de numerarios y agregados, no recuerdo haber recibido ninguna formación específica sobre la dirección espiritual como tal, sólo criterios y una gran insistencia en el proselitismo y la docilidad a los directores. Digamos que la charla sería el último eslabón, por debajo del control que ejerce con las indicaciones generales e individuales el consejo local. Y para que sea un medio de gobierno y control, el opus Dei/Escrivá, han tenido que investir al supuesto director espiritual de una autoridad que no tiene (gracia de estado, cauce de la voluntad de Dios, representación del prelado…), para que sus consejos, orientaciones y opiniones no sean sólo eso, sino órdenes que hay que cumplir a rajatabla. Que sea laico supone liberar a los curas de posibles escrúpulos, porque si el mismo cura también confiesa y coincide el contenido de la charla con el de la confesión, si cuenta lo que ha oído en la charla previa, mi opinión personal es que está violando el sigilo sacramental. El opus Dei desconfía de los buenos directores espirituales, -algún cura habrá-, y los relega a labores de san Gabriel, a iglesias públicas, etc, esos nunca están en un centro de estudios, por ejemplo. Allí lo que interesa es cuadricular la cabeza de la gente y que todos pasen por el mismo aro, y nada mejor para eso que acudir a gente inexperta, joven y manejable, que se ensoberbece con el cargo que se le da. Yo fui uno de ellos. Gracias a Dios me fui.

Un abrazo a todos,

Galileo







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