Ojalá el Protonotario o sus adláteres lean algunos de los muchos testimonios de OpusLibros sobre empastillamientos en la Cosa. Creo de verdad que, salvo lo de las NAX, es lo más grave que acaece a diario en esa Institución a la que ahora por fin, la Iglesia, con el Papa a la cabeza, ha puesto en tela de juicio y, por tanto, bajo una cierta sospecha, y ha empezado a indagar, de verdad, en lo que ocurre allí dentro y no solo en lo que ellos dicen que hacen. (Entre paréntesis, como genios del doblepensar orwelliano -explicado en la novela 1984- están tan habituados a decir A y hacer B, que ni ellos mismos son conscientes ya de sus mentiras, de su doble vida). Pero no quiero divertirme.

En cierta ocasión, en el contexto de un Congreso sobre mística, organizado por una Universidad Católica de allende los mares, tuve la oportunidad de hablar con una gran experta en mística carmelita que, justamente, acababa de regresar de un viaje a otro país americano en donde había tenido un encuentro, una especie de retiro con charlas, con toda la comunidad carmelita del país. Le pregunté por la situación anímica y espiritual de aquellas monjas y monjes y su respuesta me sorprendió: “están muy sanos, todos han hecho terapia, están acostumbrados al diván del psicoanalista o del terapeuta que les ayuda a descubrir bloqueos, heridas emocionales, mecanismos de proyección: son libres y entienden su vocación desde un lugar muy puro porque han aprendido a sanar su psiquismo y hablar de ello.”

Me quedé de piedra, me alegré mucho por esa comunidad de vocaciones libres, y en seguida me vinieron a las mientes los centenares de testimonios sobre empastillamientos (camisas de fuerza mentales, terrorismo psicológico, secuestro del alma) y torturas con expendedores de droga (muchos sin ser médicos psiquiatras) que adormecen, tumefactan y, a la postre, minan irreversiblemente la salud de cuerpos y almas atrofiadas y, la mayoría, deprimidas y exprimidas hasta una situación bovina y vegetativa. (Recuerdo hace no mucho el testimonio impagable, entre otras de Carmen Charo, de miembros empastillados, en uno de esos beneméritos y extraordinarios coloquios de Ágora que, imagino, estamos siguiendo todos.)

Creo de verdad que lo más grave que ha hecho la Obra no ha sido robar, mentir, buscar el poder, pensar y enseñar explícita y tácitamente que el fin justifica los medios, formar una comunidad adocenada e infantiloide de fanáticos, fomentar la hipocresía y la doble vida en todos sus miembros (sobre todo los célibes, que viven como religiosos, pero sin serlo y por eso, valga el ejemplo, en vez de ir de retiro espiritual (¿qué hay de malo en ello?, yo también voy), dicen que van “a la sierra con unos amigos”.

Lo más dañino y letal, crimen de lesa humanidad y soberanamente anticristiano, es negar la posibilidad de la terapia y el acompañamiento, para decidir en cambio que el ser humano es una simple máquina, un mero conglomerado de células y encimas, que se puede “poner a punto” con unos componentes químicos. En efecto, un artefacto "des-animado". Recordemos que psicología viene de psique, alma, en griego.

Señor Protonotario, o adláteres, ¿de verdad no ven lo inhumano, lo rigurosamente anticristiano, que es esa concepción mecanicista del ser humano? Con esa mentalidad "fundacional" puede que logren eficacia e intensidad por un tiempo, pero envenenan a las gentes de buena fe que se les acercan para entregar su vida a Dios y al cabo lo que se encuentran es un sistema que ha sustituido la fe por una serie de prácticas piadosas y un mecanicismo aterrador, basado en la desconfianza y el control.

Que Dios (en el que no creen, a las pruebas me remito) les perdone.

Ramana