La conversión de los publicanos.- Eilad
Fecha Wednesday, 20 December 2023
Tema 110. Aspectos jurídicos


Esto va a parecer una meditación. Lo siento; supongo que la fuerza de la costumbre. Pero será corta.

Antes de Navidad y de Semana Santa tenemos el adviento y la cuaresma, que son tiempos de conversión. Y en estos tiempos siempre aparece en la liturgia San Juan Bautista, diciendo cosas. La verdad es que en el Evangelio no aparecen muchas, pero la que me interesa ahora es la siguiente, recogida en Lucas, 3, 12-13:

"Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?». Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido»".

Los publicanos eran judíos que recaudaban dinero de los mismos judíos según lo establecido por los romanos. En el caso de la prelatura, hace más de cuarenta años, en 1982, los "romanos" (puesto que la Santa Sede está en Roma) establecieron, según aparece en los estatutos, 94. § 2, lo siguiente:

"Con su ordinario trabajo profesional, llevado a cabo con la mentalidad y el ánimo de un padre de familia numerosa y pobre, TODOS los fieles de la Prelatura tienen el deber de proveer a sus propias necesidades económicas personales y familiares y, EN LA MEDIDA EN QUE LES SEA POSIBLE, de ayudar al sostenimiento del apostolado de la Prelatura, poniendo remedio a la indigencia espiritual y material de muchos hombres".

Sin embargo, los jefes de los publicanos pasaron de esa medida establecida por los "romanos", y, en lugar de, como dicen sus propios estatutos, dejar determinar a sus miembros célibes la medida en que les era posible ayudar, decidieron aplicar lo siguiente; una muestra se ve en su Catecismo (2010), en el n. 160:

"Los Numerarios y Agregados destinan TODOS los ingresos del propio trabajo profesional a cubrir sus gastos personales y a colaborar en el sostenimiento económico de los apostolados de la Prelatura".

Es decir, los jefes de los publicanos hicieron exactamente lo contrario de lo que San Juan Bautista les aconsejaba: «No exijáis más de lo establecido».

Pero los publicanos se pueden convertir, que es un buen modo de vivir este tiempo de adviento. El mismo San Mateo era publicano. A veces los jefes de los publicanos hablan de pedir "la gracia de la conversión", sin explicitar qué consecuencias lleva consigo esa gracia. Pero en el Evangelio (Lucas, 19,8-10) se narra una conversión de un jefe de publicanos, y se ven los efectos de una verdadera conversión:

"Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido»".

La conversión de Zaqueo, que sirve para salvar su casa —que estaba perdida—, da una pauta que, por ser evangélica, muy bien se la puede aplicar la prelatura. Quizá la prelatura, habiendo defraudado mucho a tantos, no tenga suficiente liquidez, por ahora, para devolver cuatro veces más a todos los defraudados. Pero podría comenzar (sin acabar hasta resarcir a todos) por los que han quedado en una situación más vulnerable; y creo que todos convenimos en que, en ese grupo, están las numerarias auxiliares, especialmente las que después de muchos años se han ido sin nada, que en estos tiempos de internet todo se sabe. Y si no queda suficiente adviento para convertirse, pueden ir pensándolo para la cuaresma.

Feliz Navidad a todos, también a los publicanos y sus jefes.

Eilad







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