Depre para mí, depre para ti, mucha depre veo por aquí (3).- SaturiaValentín
Fecha Wednesday, 13 December 2023
Tema 070. Costumbres y Praxis


 

 

DEPRE PARA MÍ, DEPRE PARA TI, MUCHA DEPRE VEO POR AQUÍ (3)

 

3. Part Two: De lo que se siembra, se recoge

No puede ser casualidad. Y no lo es. Hay varios motivos por los que quien está en el Opus Dei a tope de power, es fácil que acabe cayendo en un agujero muy oscuro (el famoso “plano inclinado”. Inclinado para abajo, claro. Rodando para el hoyo). A saber:

1.- Agotamiento.

Del físico: esto está claro. No poder ni con tu alma de modo indefinido, no te ayuda. Y del mental: es un no parar en todo el día. En el centro de estudios particularmente (eso se ha comentado mucho en la web) parece ser una cosa buscada, que no tengas ni un momento libre…



Para acabar de rematarla, mandarte a descansar consiste en irte a otro sitio a hacer otra cosa. Claro que sí, guapi, para descansar del semestre, que hemos terminado los exámenes y llevamos todo el verano levantándonos a las seis y media de la mañana, vamos a limpiar un centro en el que acaban de terminar las obras, que arrancar pegotes de cemento es lo más in de los planes de relax.

Es lo que hacen los ricos en sus yates en la Costa Azul. Y luego a empezar el curso académico a tope, no nos vaya a hacer mal tanto descanso. ¡No será cierto que pasamos tres tardes en la piscina leyendo un libro cualquiera! (de los recomendados, ¿eh? no nos vamos a flipar) ¿Qué acabas de venir de pasar quince días trabajando en jornadas maratonianas de 12 horas, mientras el resto del universo estaba de vacaciones? Pues reincorpórate a tu centro, que te van a recibir con gran comprensión y te van a suspender de todas tus tareas y encargos para que puedas descansar. Juas, juas, juas. * Aplauso lento* 

No ayuda nada que buena parte de las tareas se hagan de un modo muy ineficaz. Es decir, ineficaz desde el punto de vista del balance esfuerzo personal / rendimiento. En el Opus Dei hay abundancia de mano de obra gratis (o por lo menos la había, cuando yo lo viví). ¿Para qué vamos a modernizar las tareas? ¡No vamos a tener a gente ociosa, eso es lo peooorrr! Tú te das perfecta cuenta de que la misma tarea, hecha de otra manera, o con otra herramienta, se tardaría la mitad o menos. Te das cuenta de que limpias sobre limpio, pero es que te han mandado limpiar, sí o sí, y qué mejor hora que las seis y media de la mañana, antes de la oración y la Misa. Te das cuenta de que el hojaldre comprado está igual de bueno (si alguien sabe hacer hojaldre a mano, con sus sucesivos aplanados, bateos, plegados y vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj, en número impar, me entenderá. No, no es hiperbólico, es literal).

También se emplean criterios de pobreza que son contraproducentes. Por un ahorro económico ridículo, se realizan un montón de tareas, y se pierde un tiempo absurdo, por no hablar del desgaste mental de los afectados. ¿Para qué vamos a comprar una cafetera más grande si poniendo esta tres veces, con sus correspondientes paseos a la cocina y repetición de tarea de rellenado y vaciado, rellenado y vaciado, rellenado y vaciado, lo podemos suplir? ¿Qué importa que haya una persona que ningún día puede disfrutar de la tertulia sentada? ¡Cualquiera diría que la tertulia pretendiera ser un periodo relajado para pasar agradablemente en familia! Otra más: ¿que para ahorrar unas pesetillas en la factura del agua (cuánto podría ser, me pregunto) se recoge todos los días el agua de las jarras del comedor, se mete en garrafas, y en la comida siguiente vuelta de las garrafas a las jarras y de las jarras a las garrafas, y así sucesivamente, en un ciclo infinito que no envidiaría ni el mismísimo Sísifo? Pues nada, a ello (mis ejemplos suelen ser verídicos, pero este es particularmente verídico. Por suerte no lo padecí en mis carnes). No, no era por ahorro de agua. Era por ahorro de dinero y como tal se me explicó. ¿Qué tenemos 60 residentes y una única línea de teléfono? (fijo, por supuesto. Recordemos que era la época pre-móvil) Pues nada, que hagan cola. Durante horas, si es preciso. Su tiempo no tiene valor. Y su aguante, tampoco. Por cierto, aunando lo del cansancio y lo de la pérdida de tiempo, yo recuerdo haberme dormido de pie en esa cola de esperar el teléfono, apoyada en la pared. Dos veces.

Y luego, hay una exigencia de calidad absurda. Que una cosa es hacer las cosas bien hechas (yo soy la primera pelín prolija con el tema), pero lo del Opus Dei es paranoico. Insufrible. Un ejemplo paradigmático de esto, de lo del método arcaico y lo de la paranoia, es limpiar los suelos de rodillas, con bayeta y cubo. En el ce limpiábamos los suelos así. En los años 80. Fregonas ni siquiera teníamos. Porque usar fregona era, en palabras de la mandamás, “una guarrada”. Eso sí, como tuvieras durezas en las rodillas, de eso, de estar de rodillas sobre el duro suelo, corrección fraterna al canto, porque hay que cuidar la apariencia, ponte crema o algo, que tener beatas en las rodillas canta mucho y no es de nuestro espíritu.

Otro ejemplo. Como ya se ha dicho en esta web, planchar un purificador estilo Opus Dei, a una planchadora experta le puede llevar sus buenos diez minutos. Ni os cuento a las que no lo somos. Hasta se te puede quemar la cinta métrica con la que tienes que ir midiendo los pliegues. Sábados enteros me he pasado yo planchando ropa de oratorio con mayor o menor fortuna. Qué queréis que os diga. Yo veo en las iglesias que los purificadores los planchan tipo pañito doblado. Estoy segura que a Dios no le importa si se hace con cuidado y con cariño. Planchar acordeones hipersimétricos no es garantía de santidad.

No eres tonta, entiendes lo de la santificación del trabajo bien hecho, vale, lo aceptas. Yo lo aceptaba particularmente, porque ya digo que soy del palo más bien perfeccionista. Pero el trabajo bien hecho, no el trabajo tiquismiquis de las narices. En el Opus Dei se trabaja un perfeccionismo estéril. Es un perfeccionismo de regodearte en lo perfecto que está todo. En cómo brilla. De histerismo. Ineficaz y extraño. Y te das cuenta de que, si hubiera mejor herramienta, o mejor praxis, o mejor criterio, tú no trabajarías tanto. Ni estarías tan cansada. Ni estarías tan harta de la vida.

 

Capítulos anteriores

1. Introducción

2. Part One: muy mal debieron verme

3. La incoherencia de ser libre a la fuerza. A) Agotamiento 

4. La incoherencia de ser libre a la fuerza

 







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