Hace tiempo, Antonio Moya Somolinos comenzó una iniciativa de una serie de coloquios que se hacían por Zoom y que posteriormente se colgaban en YouTube, en Ágora Quántica BCN, que para muchos está siendo una fuente de bien enorme. Dichos coloquios eran como un partido de tenis de todos contra uno. A un lado estaba Antonio, al otro estaban todos los demás, y era como una especie: diálogos con Antonio. Antonio preparaba esos encuentros de un modo espectacular, con su orden del día, con documentación, se veía que durante la semana estudiaba los temas a tratar con una profundidad enorme, contactaba con gente para corroborar la información, y para todos los que lo veíamos era un respiro. No significa que yo estuviera de acuerdo con todo lo que Antonio decía, pero era la primera vez que se debatían públicamente temas de Opus Dei, y eso es ya un bien.

A raíz de ahí, no sé bien cómo, empezó una nueva andadura en un nuevo canal, Ágora, en el que aparecieron otra serie de iniciativas, en las que algunos empezaron a dar su testimonio, y el coloquio era entorno a esos testimonios, moderados por Grace y por Giancarlo. Si los coloquios con Antonio eran ricos, escuchar testimonios de los que no teníamos ni idea ya fue el no va más. Y todos los que no podíamos conectarnos en directo, esperábamos con ansia a que los colgaran en YouTube para poder verlos.

Hace tres semanas, apareció en Ágora un mensaje en el que se decía “Tiempo de evaluaciones” en el que se decía “Tras considerar cuidadosamente el contenido, el impacto y las ramificaciones de los últimos testimonios compartidos, incluyendo aquellos que se han expresado en los comentarios, hemos decidido tomarnos unos días para analizar cómo proceder.” Yo pregunté qué había pasado en el chat del canal y me dijeron que “Lo que está pasando es que los testimonios que están surgiendo son de tal calibre que tenemos que evaluar cómo encararlos (¿se debería denunciar? ¿quién? ¿cuándo?, etc.). También nos planteamos qué responsabilidad tenemos nosotros en la difusión. Además, cada vez que se publican cosas como las que están saliendo a la luz, tenemos que comunicar a YouTube al momento de subir el video, para que lo restrinjan para menores, etc.”

Más tarde, los usuarios de Ágora empezamos a ver que Antonio no estaba, y preguntamos por él. Primero nos dijeron que no se conectaba por motivos personales. Después dijeron que a Antonio ese espacio se le había quedado estrecho, y que estaba buscando un nuevo espacio. A continuación, en los dibujos de la presentación inicial de los coloquios desapareció el dibujo de Antonio. Más tarde, desde Ágora salió una encuesta preguntando cuál era el mejor horario para las reuniones. Y yo pensé: Si ya llevan un montón de tiempo con ese horario, ¿por qué ahora se plantean cambiarlo?

Y como YouTube te sugiere vídeos según tus gustos, de pronto me salió este vídeo en el que me enteré que algo había pasado en el Zoom del 27 de octubre, aunque no contaron el qué (y yo sigo sin saberlo) y que por eso Antonio había dejado Ágora, y había continuado con sus coloquios al modo de como los hacía él originalmente, ubicados por el momento en su canal original: Ágora Quántica BCN. Y me enteré de que esos coloquios eran a la misma hora: los viernes a las 7 pm, hora española.

Hasta aquí, los hechos.

En primer lugar, quiero agradecer a todos los que forman parte de estos coloquios, tanto los de Ágora como los de Ágora Quántica BCN. Tanto a los que testimonian como a los que los moderan. Creo que escuchar de viva voz las historias de los que hemos sido del Opus Dei es un bien que no tiene precio, tanto para los que hemos sido, como para los que están, como para la Iglesia. Todavía no sabemos la repercusión que estas iniciativas pueden tener, pero sé el bien de sanación que están suponiendo para mí.

Y, dicho esto, quiero hacer una corrección a quienes están llevando a cabo esta iniciativa. Somos muchos los que os seguimos, y no es justo que nos tratéis como niños pequeños, sin darnos la información necesaria para poder tomar decisiones. No hace falta colgar el vídeo del problema. Tampoco hace falta contarlo, pero sí es necesario saber que ha existido un problema. Porque seguro que hay muchos de los que participan que querrían poder participar en ambos foros: en el de Ágora y en el de Antonio. Pero si preguntáis por un nuevo horario, no es justo que no digáis que Antonio ha vuelto a hacer sus coloquios los viernes a las 7 pm, hora española, porque seguro que muchos de los que participan en Ágora querrían poder participar también en el de Antonio, y no es posible si coinciden. Y la encuesta que estáis haciendo no tiene ningún sentido si no dais la información de que Antonio ha vuelto a hacer sus coloquios en ese horario.

Tampoco entiendo que Antonio tenga que buscar un nuevo espacio fuera de Ágora para hacer sus coloquios. ¿Tan difícil es hacer dos programas distintos, uno de testimonios y otro de diálogos con Antonio? Yo creo que Ágora es una iniciativa que está llamada a crecer. Casi a convertirse como un canal de televisión, en el que se emitan diversos programas (y temáticas hay a mogollón, incluido el humor). Y es una pena que se eche a perder.

Termino dando las gracias a Antonio, a Grace y a Giancarlo, que son las caras más visibles, y a todo el equipo técnico que hay detrás, que no debe ser poca cosa, y a todos los que se han prestado a dar sus testimonios, que me han conmovido, varios de ellos hasta las lágrimas.

Y gracias a Agustina por Opuslibros, que nos ha proporcionado un espacio en el que cabemos todos.

Un abrazo a cada uno,

YofuidelOpusDei