Recuperación personal y la irresponsabilidad de los directores

Noob, 22/11/2023

En los centros de numerarios donde viví, el closet de recuperación era donde se guardaban cosas que podían ser de utilidad, sobre todo ropa, pero que habían sido recibidas como regalo o alguien había dejado de usar. Unas cosas eran nuevas, otras usadas. Cuando me fui del opus no me pusieron en el closet de recuperación pues ya me habían desechado como no sólo inútil, sino perjudicial, escandaloso, traidor, mal ejemplo y demás. Especialmente por ser un conspicuo miembro en una obra corporativa educacional de alto nivel. No fui el único, ni mucho menos. La gente simplemente ‘desaparecía’, y en casos como el mío en que estábamos ‘temporalmente’ en el exterior pues era más fácil.

Me ha llamado la atención que muchos de los testimonios aquí en Opuslibros, o en los video coloquios que se han venido haciendo en los últimos meses, muchas personas han comentado que les ha tomado más de diez, veinte años, en darse cuenta de que habían sido víctimas de un abuso, en empezar a sanar, y en ir encontrando una cierta paz. Yo he sido uno de los que ha pasado por varios infiernos después de dejar el opus, al que pertenecí como numerario por casi 20 años. Como otros, ingresé siendo menor de edad, 17 escasos. Algún compañero mío del colegio del opus ingresó con los tradicionales 14.5 que ahora se niega que existan. 

Este proceso de recuperación, dicen los actuales capos del opus, es el de un pequeño grupo de personas con problemas psicológicos, no el de la mayoría de los que se han salido. Pero la muestra de la población que participa en los escritos y diálogos indica todo lo contrario. Para la mayoría de nosotros, la experiencia de pasar por el opus ha sido traumática, en el estricto sentido de la expresión. De nuevo, los directores dicen 'precisamente, la experiencia de esa persona particular', y así tratan de quitarse de encima que los directores han sido y siguen siendo quienes perpetraron el abuso que produjo el trauma. El revictimizar culpando a la víctima es un procedimiento típico de los abusadores. “Siento mucho que te hayas sentido abusado”. Además de que no sientes nada, director, lo que estás diciendo en realidad es que es mi culpa, pues en el opus la culpa, la vergüenza, el miedo, fueron siempre parte de la estrategia del abuso. Tú, que estabas en la comisión regional de Colombia cuando yo me fui de la obra, ¿puedes con tranquila conciencia decir que me pusiste en manos de Alexander Lyford-Pyke por voluntad de tu Dios? ¿Y que jodiste a muchísimos otros numerarios de entonces y de después al seguir empestillándolos, controlándolos, etc.? Tú sabes bien cuántos se han ido, y en qué condiciones. Todos los números y detalles se guardan. Tal vez eras el vicario regional, o alguno de los vocales, o el defensor, o el delegado. No se qué cargo y posición ocupas hoy día, pero te digo francamente que la embarraste muy feo. Cara a cara, te diría que “la cagaste”, por muy buenas intenciones que puedas aducir a tu favor. No necesito que reces por mí. Si acaso me gustaría que tomes acciones necesarias para reparar los daños que causaste a tanta gente que empujaste a pitar con 14 años y medio. Y si eras el vicario regional (ARU & HSP) o el sacerdote secretario, también que trabajes seriamente para compensar a las muchísimas ex numerarias auxiliares que quedaron en muy malas condiciones (algunas te demandaron, ¿recuerdas?). Ellas se desvivieron por nosotros en condiciones de abuso que la mayoría de los numerarios no sacerdotes ignorábamos por completo, y que yo he venido a descubrir hace relativamente poco. Y a ti, que eres hoy el Vicario regional, o que ocupas cargos en la comisión o la asesoría, te pido que mires con detenimiento lo que se hizo en aquel entonces y lo que haces hoy, pues te corresponde la responsabilidad de la institución, incluyendo el reparar proactivamente por los abusos cometidos por tus antecesores o antecesoras. 

Yo, de alguna manera, he podido vivir estos años e iniciar mi proceso de recuperación, pero no gracias al opus, sino más bien a pesar de la institución. Quiero, sin embargo, hacer aquí una salvedad para mí muy importante. Se ha escrito aquí en Opuslibros, y es mi experiencia personal directa, que el opus no hubiera podido y no podría hoy hacer todo lo que hace sin la dedicación de muchísimas personas que tienen las mejores intenciones y la más profunda humanidad. Son la mayoría, aunque no formen parte de quienes deciden los aspectos fundamentales (los fundó el fundador) de la operación, es decir no son directores regionales, centrales, o electores, o ‘mayores con poder’. Entre esa mayoría hay miembros de familia, amigos, personas que me quieren, simpatizantes, etc. Les agradezco de todo corazón. Espero que se encuentre algún camino para que todas esas instituciones ‘educativas’ en las que tantos y tantas trabajan se puedan desintoxicar poco a poco de las prácticas ‘sectocráticas’ del opus. No tengo ni idea si es posible, pero eso es responsabilidad de los directores, y en algunos casos, de los padres y madres de familia, si es que realmente toman las riendas de los colegios y de los clubes. Espero que llegue el día donde los que no sigan en la obra puedan tranquilamente seguir trabajando en esas iniciativas, sin que les trate como perro sarnoso y rábido. 

Dejo para otros escritos muchos aspectos concretos de mi proceso de recuperación, con la esperanza de que le sirvan a otros y a otras. Te animo, a todos y a todas, a comunicarte abierta y sinceramente, seas de la obra, o ex, o familiar, con los demás. No aceptes el velo de misterioso silencio de “hemos pensado”, “es conveniente”, y demás frasecitas hechas con las que manipulan una y otra vez los directores. Habla con los otros miembros, con las interesadas, con otras personas. Y habla con los que nos hemos ido, que somos muchísimos en todo el mundo, gente muy diversa. Escribe, si te ayuda, y se te sirve publícalo aquí. Aprende a vivir con tus emociones, a respetarlas y entenderlas. Busca ayuda profesional, sea psicológica o espiritual, con personas que no estén obsesionadas con el sexo o con tu supuesta perseverancia, o misión. Descubre que hay verdaderos caminos de paz, y que están en tu interior. Recuerda que la verdad te hace libre. 

”Et pax Dei, quæ exuperat omnem sensum, custodiat corda vestra, et intelligentias vestras in Christo Jesu.” Y la paz de Dios, que supera todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Carta a los Filipenses, 4:7)

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