Más de veinte Universidades, cientos de colegios de educación separada (diferenciada), docenas de institutos para la mujer (no se admiten hombres) con el fin de captar auxiliares, y un selecto manojo de institutos empresariales superiores (sin dinero no se puede). En la otra vertiente, seminarios, facultades de teología, algunas iglesias.
El opus, por indicación expresa del fundador, y en casos por él mismo, ha montado o empujado a montar esta impresionante red internacional de centros educativos. Bajo el motto de “impulsados por los padres de familia”, en alguna de esas redes el website pone “El inspirador de nuestro ideal educativo es San Josemaría, fundador del Opus Dei.” La separación es reflejo de la separación entre hombres y mujeres que el fundador impuso en el opus, por la obsesión con el peligro de las interacciones sexuales o románticas entre miembros de ambas secciones. Por eso los talleres para hombres en Italia, o las escuelas de panadería y hostelería para mujeres en Filipinas, al igual que los colegios, son sólo para unos u otras. Las universidades e institutos empresariales no pueden seguir ese esquema, claro. Y no era infundado el temor del fundador, pues me constan de primera mano casos de numerario y numeraria que se han enamorado y dejado la cosa en una universidad obra corporativa.
Cuando trabajaba en los colegios o en la universidad de la obra, pensaba que estábamos tratando de generar una conciencia cristiana en los que habían de ser líderes. Estos, a su vez, contribuirían a la justicia social, y por lo tanto a una expansión del cristianismo hacia la sociedad. Este impacto había de descender desde allí a las clases menos favorecidas. En el proceso, ese ambiente cristiano produciría muchas más vocaciones, que luego continuarían esa expansión del espíritu cristiano por el mundo. Cabía preguntarse, a mí no se me ocurrió en esa época, por qué había que tener colegios, universidades, y demás, cuando “éramos el mundo” (cristianos corrientes en medio del mundo), y por lo tanto podríamos habernos ido como semilla a todas las instituciones ya existentes, y allí ser fermento, luz, sal de la tierra. Si mal no recuerdo esto era lo que al principio el fundador había dicho, y escrito en las reglas o ideas iniciales (los historiadores (f/m) aquí pueden darme una mano, si les apetece). Me imagino que se dio cuenta el fundador, que al igual que las órdenes religiosas o los partidos políticos era muy conveniente formar espacios burbuja para poder controlar la gente, los contenidos, las conductas, además de reducir el riesgo de flirteo.
Hoy en día, cuando hay cada vez menos numerarios y numerarias, y el opus en la iglesia no es un ente con la fuerza de laicos que nos habían hecho creer, me pregunto cómo se puede rescatar todo lo que esas instituciones hacen de bien, gracias a muchas personas que con excelente buena voluntad han dejado lo mejor de sí para sacarlas adelante, incluido yo.
El ideal cristiano, en líneas generales, es una cosa que me imagino que la iglesia y otras entidades proponen. El opus tiene su versión (que considera revelada por Dios al fundador), pero las acciones de sus directivos (electores, prelado, etc.,) son brutalmente contradictorias con tal espíritu, como ponen en evidencia cada día que pasa sin que reconozcan el daño hecho a las auxiliares, por ejemplo, y les paguen todo lo que les deben, con intereses y daños. Sin esa tangible acción, todo el aparente andamiaje de esas instituciones “inspiradas por san…” se viene abajo. No es más que una hipocresía como la que Jesús describe en Mateo capítulo 23.
Este tema da para mucho, y aquí estoy no más rasguñando la superficie. Miles y miles hemos pasado como alumnos, profesores, directivos, empleados, padres de familia, supernumerarios, y demás por esas instituciones. Cada país tiene sus legislaciones, variaciones políticas, y demás retos y oportunidades para esas instituciones. Si los miembros del opus se unieran como lo han hecho recientemente para discutir la venta de Castello di Urio, tal vez puedan encontrar, mediante una conversación franca y abierta, caminos para que esa enorme red educativa se salve del cáncer que carcome hoy día a la institución de su inspirador.
”Et pax Dei, quæ exuperat omnem sensum, custodiat corda vestra, et intelligentias vestras in Christo Jesu.” Y la paz de Dios, que supera todo entendimiento, csutodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Noob
