En tu cabeza resuenan palabras como infidelidad, traición, condenación.- Víctor
Fecha Monday, 13 November 2023
Tema 078. Supernumerarios_as


 

 Buenas noches estimados,

 

He oído, en el coloquio de Ágora, las alusiones a mi carta anterior “Y sobre los supernumerarios... ¿qué? y os agradezco mucho los comentarios que habéis hecho al respecto. Muchas gracias Patricia, Guillermo, Grace, Giancarlo y Padre Agustín. Todos aportan cosas buenas. Gracias por darle espacio a este supernumerario. Sentí no escuchar a Antonio. Al ser español como yo, seguro que podría haber aportado un punto de vista sobre la labor de supernumerarios desde la Región primigenia, que supongo tendrá algunas diferencias con México, Argentina o EE.UU. Leí que no pudo participar por tener que atender un tema personal, espero que nada grave. Sin hacer alusiones a las personas concretas que han participado en el coloquio, pero hablando francamente en el clima de libertad que lo caracteriza, quiero haceros yo algunos comentarios también...



Me voy a extender porque tengo bastantes cosas que decir. Me gustaría decirlas de una manera más abierta, con el lenguaje hablado, que es más fluido que el escrito, pero siento que aún no estoy preparado para dar un testimonio así, por ejemplo, en el Canal.

 

A un supernumerario con dudas serias sobre su permanencia en la Obra, no le ayuda acercarse a personas de "otros grupos" o de "otras ideas". Sencillamente porque lo normal es que ya esté en esa situación: los supernumerarios tenemos amigos en todas partes. Muchos son católicos, otros agnósticos o ateos. Incluso dentro de la familia, a los que vemos habitualmente. Los tratamos y los amamos como al que más. Yo por mi parte, "de 100 almas interesan 100" siempre lo entendí en el contexto del apostolado que cualquier cristiano debe hacer, por mandato de Cristo, no en el contexto exclusivo del proselitismo. No es tan importante si un amigo mío acaba yendo al r.m., o a hablar con el scd de mi ctr, o a medios de formación. Lo verdaderamente importante es que "busque a Cristo, que lo encuentre y que lo ame". Los medios para llegar a esto son diversos, y el Opus Dei no tiene ni la preeminencia ni la exclusiva de atribuirse este "mantra" de San Josemaría, aunque yo sí tenga la obligación de hablarle de la maravilla del amor de Dios, sea supernumerario o sólo un católico de a pie.

 

Sin duda, mis amigos católicos, sobre todo los casados y siempre que tengan una mínima vida sobrenatural, pueden entender mejor mis dudas, mis tristezas, mis sinsabores... ya que no son muy diferentes a sus luchas interiores. Bueno, sí hay una diferencia: yo estoy "atrapado", "atado" a una llamada que creí recibir del mismísimo Dios, una vocación "especialísima", complementaria, si se puede decir así, a la de ellos, pero que impone una especie de deberes de conciencia que, cuando te planteas abandonarlos, lo único que resuena en tu cabeza son palabras horribles como "infidelidad", "traición", "condenación". Hay algo intrínsecamente malo en pensar que vas a hacer algo terrible por no "perseverar hasta el final", por no "morir en casa". De verdad que es aterrador. 

 

En fin, yo hablo con esos amigos; unos entienden más que otros, pero al final todos quieren lo mismo: que yo sea feliz.

 

Por tanto, la clave para "facilitar" una posible salida de un supernumerario no es buscar personas o amigos fuera del entorno del Opus Dei, porque uno ya está metido de lleno cotidianamente en este entorno.

 

Otra cosa. Yo soy un supernumerario raro en algunos temas. Por ejemplo, hace años que no me confieso con el sacerdote del centro. Como decía el padre Agustín y algún otro participante: sí, es una realidad, a veces cosas que se hablan en la Dirección Espiritual acaban comentándose en el Consejo Local de San Gabriel. Sí, esto se ha hecho. Yo no me confieso con el sacerdote de mi centro, sea quien sea en cada momento. Tampoco me confieso con "el cura topete", creo que me entendéis, porque si no me conoce no me ayuda. Me confieso con un sacerdote de la sssc que es un amigo del colegio en el que estudié. Y tan contento. Al principio, cuando dije que no me confesaría más con el sacerdote del centro, hubo caras largas de los directores y comentarios inapropiados, del tipo de que eso era de "mal espíritu" pero cuando expliqué por qué, cerraron el pico y me dejaron en paz. Incluso, cuando hago mi curso de retiro o mi convivencia, me confieso antes de empezar y cuando tengo que "hablar con el cura" le agradezco amablemente su ofrecimiento pero le digo que "ya vengo confesado". Aunque no os lo creáis, a veces siento que estoy haciendo algo malo al no querer confesarme con el scd de mi ctr. Es como si fuese un escrúpulo por no volver a oír en mi interior palabras como "mal hijo" o "falta de espíritu" y que yo debería olvidar aquello que pasó y perdonar a aquel sacerdote y volver a hacer lo que hacen todos: arremolinarse en una cola interminable para confesarse con el sacerdote aprovechando el día que vamos al círculo de estudios.

 

Por último, me da muchísima pena comprobar lo poco que los supernumerarios sabemos de la vida de nuestras hermanas nax. Entiendo que debe haber una separación lógica, por respeto a la vida de cada uno / una. Pero de puertas para adentro, los supernumerarios no sabemos nada de nuestras hermanas. Ojo, digo hermanas con todo lo que eso debería suponer. Por eso nunca he entendido lo que me parece, simplemente, una falta de educación, sin entrar a otras consideraciones: una costumbre por la que hay que llevar manga larga siempre en su presencia (¿puede despertarse en las nax algún tipo de sentimiento atávico sexualizante por ver los brazos de un varón?), no se les puede sonreír con agradecimiento, ni darles las gracias por ese aperitivo tan rico antes de la comida en un día de fiesta, ni rezar por ellas (dónde vas a parar, esto estaría "fuera de lugar").

 

La Obra es una institución a la que amo profundamente, pero creo que hay cosas que deben cambiar. Un supernumerario muy amigo mío, con inquietudes parecidas a las mías, me dijo anteayer lo que le había dicho la persona con la que hace la charla, y es algo sorprendente: "algunas cosas deben hacerse de otra manera o reinventarse: se han cometido muchos errores, empezando por que en el reciente Congreso General no hayamos participado los laicos, que somos el 95% de la Obra, y siguiendo por costumbres, normas y maneras de hacer que suponen una carga insoportable para muchos, como escuchábamos acerca de los fariseos en el evangelio de la semana pasada."

 

No sé lo que haré. No quiero extenderme en esta ocasión en lo que supone este terremoto interior que estoy viviendo, en lo que respecta a mi familia y a mi matrimonio, con mi esposa supernumeraria desde sus 18 años. Sólo diré que es muy doloroso ver cómo la mujer a la que quieres, el amor de tu vida, te mira de soslayo y sin entender lo que te pasa, casi escandalizada. Es una experiencia demoledora no poder hablar de ello con la sinceridad y complicidad que debe existir en cualquier matrimonio bien avenido, ser visto como un enemigo en tu propia casa.

 

Abrazos,

 

Víctor José P.

 







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28197