Todo mentiras.- Tomás López
Fecha Friday, 10 September 2004
Tema 140. Sobre esta web


todo mentiras

He dado con vuestra página por aquellas cosas de la vida. Realmente, flipo en colores con toda la sarta de mentiras que sois capaces de difundir, en muchas ocasiones -¡qué casualidad!- bajo un nombre anónimo. ¿Por qué será? ¿A qué tenéis miedo? Si tan valientes decis que sois, ¿por qué no dais la cara como hombres y mujeres íntegros? ¿Acaso os acobarda vuestra actual situación?

Entiendo que el Opus Dei no tiene porqué gustar a todo el mundo, nada más lejos de la intención de los y las que a él pertenecen. Pero me parece de mala educación, y que raya la intolerancia "poner a parir" -como habitualmente se dice- una institución de la Iglesia, que tiene todo el derecho a existir y a obrar, como cualquier otra. Esto que vaya por delante.

¡Ah, por cierto! He sido miembro Numerario durante 18 años. Hace 5 que me fui, estoy casado con una mujer más que estupenda, y estamos esperando nuestro segundo hijo. SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO. Pero, por justicia y por propia dignidad personal, no quiero, NO PUEDO, renegar de mis 18 años en Casa.¡¡NO PUEDO!! Además de que no tengo motivos. El Opus Dei me ha enseñado desde usar desodorante hasta las Relaciones Intratinitarias y todo lo que hay ente medio de estos dos extremos. Por tanto, sería una injusticia que lo pusiera a caldo.

Me fui con paz, con alegría, con serenidad, y guardo un GRAN AGRADECIMIENTO AL OPUS DEI y a Dios -¡cómo no!- de los años vividos en la Obra.

A mi, que nadie me toque al Opus Dei, no lo permito. Pero bien es cierto que en cualquier institución, por muy sobrenatural y de Dios que sea, como es el caso de la Obra, al estar formada por hombres y mujeres de carne y hueso, haya errores y cosas que no se hagan bien. ESTO LO SABEN HASTA LOS MONOS. Llevé charlas fraternas de numerarios, agregados y supernumerarios; formé parte de un consejo local, atendí numerosos cursos anuales de vocaciones jóvenes, trabajé en la Delegación y me hablé -como muchos de vosotros- de tú a tú con el actual Prelado, a quien quiero. Sin embargo, hubo personas que conmigo NO LO HICIERON BIEN: rechazarme una corrección a un mayor cuando yo era adscrito, decirme que atendiera las charlas en un idioma determinado, no dejarme utilizar -por desprendimiento- la radio en el coche, preguntarme porqué no había ido al Centro a la oración de la mañana, cando tardaba más de 45 minutos en autobús, etc., etc.. ¿Qué hacer? Ponerlas a parir a sus espaldas y bajo un seudónimo como hacéis muchos de vosotros y así que no puedan defenderse? No, eso no está cristianamente bien, no señor. Mira, ¿qué queréis que os diga? Dios les juzgará y tú, y yo, y el otro y el otro, y la otra, y la de más allá, cada uno a lo nuestro y Dios con todos.

Tan cristianos que decís que sois, y no sabéis vivir la primera de las virtudes: LA CARIDAD. Juzgáis intimidades y SÓLO A DIOS le corresponde juzgar los pensamientos, las intenciones y las obras de todos, NO A NOSOTROS.

Además descontextualizáis las historias, las exageráis, las retorcéis, mentís como vellacos y vellacas, sí mentís, y no tengo pelos en la lengua para deciros que sois unos mentirosos.

¿Mi nombre? ¿El de verdad?

Tomás López (sin tapujos, sin anonimato)




de la web: Ésta es la última vez que publicamos un correo en el que se nos acusa de mentir si no se dice dónde y por qué. Tampoco vamos a aceptar los insultos. Si alguien tiene una postura diferente y no le gusta esta web, o escribe con educación haciendo el esfuerzo de utilizar adecuadamente el lenguaje para intercambiar o contraponer ideas, o no verá publicado aquí su correo.)

Para Tomás López, respuesta de Pablo. Sin entrar en otros detalles a los que espero te contesten otros amigos, me voy a referir sólo a tu valentía de firmar. En España tenemos dos apellidos y el segundo, en muchos casos, suele identificar mejor la identidad de quien firma cuando el primero es un apellido muy común y quien firma no tiene inconveniente en que se le reconozca. Tú te llamas Tomás López, y yo, que no voy a ser menos valiente, me llamo Pablo Pérez. Somos los famosísimos Tomás López y Pablo Pérez, los únicos Tomás López y Pablo Pérez, del mundo. Qué valientes somos tú y yo.



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