Todavía queda Opus pa rato.- JuanchoR
Fecha Friday, 10 November 2023
Tema 070. Costumbres y Praxis


 

TODAVÍA QUEDA OPUS "PA RATO"

JuanchoR., 10/11/2023

Reflexionando sobre los años y meses anteriores a mi marcha, y por lo que conozco desde fuera por los contactos esporádicos que aún mantengo con algunos de los más sensatos que aún están dentro, mi conclusión es que aún queda "opus" para rato...

No me refiero a la institución en sí misma (que, según creo, y salvando las distancias, si no se han disuelto los legionarios dudo que lo vaya a hacer el opus). Me refiero a los cambios... sí, esos tan esperados cambios que muy tímidamente empiezan a esbozarse, en mi opinión, desde arriba.

Me explico...  



Está claro que en el opus, a ojos de un creyente "profano en la materia" que se acerque un poco al fenómeno, hay cosas relacionadas con el modo de entender y organizar el cuidado espiritual que chirrían y no acaban de encajar con el espíritu de la Iglesia ni con el Derecho Canónico. A veces, este tipo de cuestiones son tan etéreas que se necesitan muchos años para detectarlas, probarlas, intervenir y corregirlas. Algunos ejemplos son los relacionados con la distinción entre fuero interno y externo, gobierno y dirección/acompañamiento espiritual, etc. (no hablo aquí por tanto de otras cuestiones prácticas como las cotizaciones de quienes ocupan cargos internos o de las numerarias auxiliares, que son problemas con los que se han encontrado muchas otras instituciones de religiosos y que el opus no supo evitar y le cuesta corregir... a pesar de que pretendía diferenciarse de aquellas).

Creo que, poco a poco, en la Santa Sede han ido identificando algunos de esos puntos, han tenido que probarlos de alguna manera, y se han decidido a intervenir... al principio más tímidamente pero de modo directo, actualmente de modo más beligerante aunque indirectamente. Veamos.

Hace unos años ya (con Benedicto XVI siendo Papa), hubo tirón de orejas desde la Santa Sede a la cúpula del opus con respecto a la confusión que se daba en el opus entre dirección espiritual y gobierno de la institución... Entonces, llegó aquella carta que tanto revuelo formó (si mal no recuerdo, de D. Javier) diciendo que los directores de centros no eran cargos de gobierno, apareció en las bibliotecas de los oratorios aquel librito titulado "Acompañamiento espiritual" para eludir el término de "dirección espiritual" que tanto chirriaba al por entonces Papa, etc... Aunque quizá todo esto quedó más o menos en aguas de borrajas (a lo mejor me equivoco), fue una prueba de cómo la Santa Sede empezaba a intervenir en esa institución que hasta ese momento había contado con la confianza conquistada de determinados sectores influyentes de la curia, y por lo tanto, indiscutida mientras no llegaran síntomas "suficientes" de que realmente algo no iba bien (ya se sabe, las cosas de palacio van despacio).

Sobra decir que los tirones de orejas, con Francisco, han hecho que los lóbulos rocen el suelo. Pero esos tirones de oreja parecen, más que una invitación directa a corregir lo que no funciona, una enmienda a la totalidad para ver si dentro reaccionan.

Y creo que las reacciones están llegando, repito, desde arriba: posiblemente haya una hoja de ruta (ojalá sea así, aún conservo la fe y creo que el Espíritu Santo dirige la Iglesia, y el opus es una institución -aunque en cierto sentido rebelde- de la Iglesia).

Pero nos encontramos con un problema. ¿Cómo hacer entender a curas y a directores -sobre todo, a los primeros- que llevan años y años, décadas y décadas, actuando de unas maneras determinadas con un profundo convencimiento de que ese es el "único" camino", para que dejen de hacerlo? Al que sepa un poco de psicología humana, esto le parecerá una ardua tarea.

De entre todo el barullo, en mi opinión, la próxima reforma que URGE es la de diferenciar entre la dirección espiritual que ofrece el opus a través de los sacerdotes -institucional, aún en el caso de que se la diferencie del gobierno-, y la confesión. Y además, la confesión jamás debería ser una norma. Habría que promoverla, animar, defender su importancia, etc., etc., pero convertirla en una norma hace que el sacramento se desvirtúe. No puede ser que cada semana, después de la charla de dirección/acompañamiento o como quieran llamarlo, venga el "Pax" y el "Dominus sit in corde tuo, et in labiis tuis, ut rite confiteáris omnia peccata tua", porque ni "rite" ni "confiteáris" cuando un alma se siente coartada. Y es muy peligroso jugar con la confesión (no olvidemos que tras la mayor ruptura que se dio en la Iglesia, el tema de la confesión -junto con el de la eucaristía- fue un punto crítico).

Algunos dirán: ese problema no se daría si cada cual pudiera elegir libremente a su director espiritual... y no falta razón, pero por mucho que así fuera, por cuestiones evidentemente prácticas y netamente prosaicas, jamás será posible que exista un vasto elenco donde cada uno pueda elegir, por lo que, aún solucionado ese problema, se seguirían dando situaciones prácticas en las que un penitente se viera obligado a confesar siendo violentado en su fuero interno.

Me he topado en el opus con curas exquisitamente delicados en este punto, de manera que -aún hablando con ellos todas las semanas- yo no confesaba más que cuando mi conciencia lo pedía. Pero también me he topado con curas ejecutores que lo único que les preocupaba era salvar el "deber" institucional por encima de todo... y que, después de soltarte al hilo de la charla los consejos protocolarios que estimaba a priori que mejor se podían ajustar a tu caso, te incitaban a la confesión de una manera burdamente sutil, o sutilmente burda, o sencillamente directa y sin rodeos, dando por supuesto que es imposible que un/a numerario/a, agregado/a o supernumerario/a del opus no necesitara confesarse semanalmente después de un rato hablando de esto y aquello. Algunos penitentes habría que no lo necesitaran -al fin y al cabo, si te has dormido en el rosario eso no es pecado-, pero incluso conozco yo a unos pocos que pensaban que se jugaban mucho en el ámbito de la institución y que, aunque necesitaran confesión, hacían paripé y luego -si podían- iban al cura de su parroquia a confesarse de que no se habían confesado bien... ¿sospecha de que esos curas ejecutores podían romper el sigilo sacramental? Es posible que exista esa sospecha. Yo no he conocido jamás a un cura del opus que hiciera eso, pero sí a unos cuantos miembros que lo sospecharan. Y razones no les faltaban:

En una ocasión oí decir a un cura en una tertulia: "dicen que los curas no tenemos influencia en las decisiones del Consejo Local porque no tenemos voto... pero basta una mueca o un "¿os lo habéis pensado bien?" para que el consejo local recapacite y revise sus decisiones votadas". Si esto no es romper formalmente el sigilo sacramental, al menos sí abre una peligrosa vía por la que pueden pasar muchas cosas. ¿Quién puede llegar a saber, por otro lado, lo que un miembro del opus puede llegar a albergar en su conciencia acerca de lo que puede ocurrirle si dice esto o aquello, si se sincera sobre aquello o sobre esto, aunque sea una tontería? Sí, se recomienda ser salvajemente sincero, pero la casuística de las conciencias es tan variada que lo que tiene que primar no es si la institución se salva de un miembro extraño -lo cual, al fin y al cabo, es una misión imposible-, si no si la mayoría de los mismos tienen las oportunidades necesarias para, a través de "lo establecido" o por otras "vías alternativas", pueden alcanzar la santidad, que en realidad es (debería ser) el fin primordial y lo que da sentido a la institución opus, y no otra cosa.

JuanchoR.







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