EL OPUS DEI SOBREVIVIRÁ.- Gómez
Fecha Friday, 27 October 2023
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Los jesuitas llegaron a Cartagena de Indias en 1598, y a Santa Fe de Bogotá, en 1604. En 1623 fundaron la Universidad de San Francisco Javier. En 1767, 143 años después, los jesuitas fueron expulsados del Nuevo Reino de Granada por orden del rey Carlos III, como también fueron expulsados de España y otros países, tras lo cual, el papa Clemente XIV suprimió en 1773 la orden religiosa fundada por san Ignacio de Loyola.

En 1930, 143 años después de su clausura, reabrió sus puertas la universidad de los jesuitas, ahora llamada Universidad Javeriana. Ahora también hay Javeriana en Cali y en Barranquilla. Desde entonces y hasta nuestros días, la Javeriana ha sido alma mater de la dirigencia colombiana. Solo en los más recientes años han llegado a los cargos más importantes del poder público y privado egresados de otras universidades, como los Andes, fundada por Albert Einstein; el Externado, de los masones, y la Universidad Sergio Arboleda (USA), de los conservadores.

Tanto en Colombia como en España los jesuitas han sido expulsados en otros momentos, lo que ha exigido cerrar sus colegios y universidades… pero esa experiencia fue tenida en cuenta por la Obra. Si por alguna casualidad de la vida el Opus Dei llega a ser suprimido por algún papa que no guste de instituciones que hacen apostolado con los ricos y no con los pobres, lo que suprime es la prelatura personal, pero las universidades y colegios, que pertenecen a instituciones llamadas Fomento, Aspaen, Apdes, Nocedal, etc., y que son manejadas por laicos que no pertenecen oficialmente a nada, sobre todo, que no pertenecen a ninguna prelatura, siguen funcionando.

En 1767 salieron de España 2.641 jesuitas, y de los países del Imperio español, incluida las actual Colombia, antiguo Nuevo Reino de Granada, 2.630. Si un papa suprime algún día el Opus Dei, saldrían los sacerdotes como ya salieron de algún par de colegios, porque legalmente solo ellos pertenecen a la prelatura. Los laicos quedan ahí, a cargo de colegios, clínicas, universidades, escuelas agrarias, y los que no trabajan en obras corporativas, sino en política, bufetes jurídicos, comercio, medios informativos, como Luis Silva, el numerario más votado para la Constituyente en Chile, o Juan Guillermo Ruiz, el numerario mejor cotizado abogado tributario de Colombia y Latinoamérica, también siguen ahí donde están.

¿Quién asesoró, como director espiritual, al condidor del Opus Dei? El jesuita Valentín Sánchez, que le habrá confiado la experiencia de cinco siglos de los jesuitas y le habrá sugerido organizar las cosas de tal manera, que en el eventual momento en que hubiera una persecución, su pía unión, más tarde instituto secular, más tarde prelatura, no se viera demasiado afectada. Los jesuitas, a pesar de la persecución de las autoridades de Portugal, Francia, Italia y España y sus colonias americanas, que llevó al papa Clemente XIV a tomar la decisión de suprimir la orden, nunca desaparecieron. El papa les dijo que seguirían siendo sacerdotes diocesanos y pasarían a obedecer a sus respectivos obispos (¿les suena?), pero muchos de ellos prefirieron esconderse en Rusia y Prusia (y quién sabe dónde más) y seguir siendo jesuitas.

En 1814, 47 años después de su supresión, fue restaurada la orden. Y hay que ver qué poder tienen hoy, más de 16.000 miembros, más de 11.000 sacerdotes, cerca de 100 obispos y hasta un papa. Están en 120 países, tienen 30 universidades y miles de colegios. En Colombia hay dos tipos de jesuitas, los tradicionales dedicados a la educación, a emisoras de radio, a la TV, etc., y los de la Teología de la Liberación, con su opción preferencial por los pobres, dedicados a los refugiados y sesgados hacia la izquierda, como lo demuestra el informe de la Comisión de la Verdad, liderada por el jesuita Francisco de Roux. La Fundación Social, de los jesuitas, tiene bancos, corporaciones de ahorro, empresas financieras, constructoras, cajas de compensación, entidades educativas, clubes, etc. Las utilidades de semejante emporio se destinan a labores sociales.

El Opus Dei llegó a Colombia hace 72 años, y tiene un poder semejante al de los jesuitas, que llegaron hace 425 años. Si un papa suprimiera a los jesuitas tal vez desaparecerían todos sus activos o la mayoría de ellos, pero si otro papa suprimiera el Opus Dei, seguirían ahí tan campantes y flamantes la Universidad de la Sabana, el Inalde y los casi 40 colegios de Aspaen. Los agregados y supernumerarios seguirían donde están. No tendrían por qué irse ni tendrían por qué cambiar de trabajo o de residencia. Y los numerarios seguramente seguirían donde están, salvo que alguno quisiera irse a vivir solo, como ya lo hacen varios. Los sacerdotes numerarios se podrían incardinar en las diócesis donde están, y recibirían en el confesonario de la iglesia a la que sean destinados por el obispo a numerarios, agregados y supernumerarios, que irían mezclados con los demás fieles de la parroquia, solo que al comenzar su confesión dirían ¡Pax!, y el cura les contestaría con gran alegría, ¡In aeternum! Todo ello, hasta que un nuevo papa línea Juan Pablo II los regresara a su antiguo régimen o a uno mejor y más privilegiado. ¡Todo atado y bien atado!

Gómez









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