Soñando en el opus dei.- CRNUMEROBAJO
Fecha Friday, 20 October 2023
Tema 010. Testimonios


Casiopea, me conmueven tu testimonios. Del primero al último.

Me pasa igual que a ti. Por lo hablado con otras personas, también es similar. Yo no llevo tanto tiempo fuera. Pero estuve mucho dentro y muy dentro (algo más de 30 años). Sigo teniendo sueños recurrentes, esporádicos pero reiterados. Casi siempre similares. Muy nítidos. Me despiertan algunas veces. Otras veces me levanto natural, pero los recuerdo claramente.

Generalmente tienen que ver con que trato de hacer ver en algún centro o algún director que no lo veo claro más y que quiero irme. Pero no me salen las palabras, ni los gestos. No puedo enfrentarme. Me vienen momentos de disgusto por seguir viviendo en ese lugar. Coinciden personas y lugares con momentos en que lo sentí y no lo pude hacer. Y seguí por años y años. Me despierto inquieto.

Otras veces también me ocurre otra cosa. He dejado de ser numerario o estoy en camino de dejarlo y me encuentro, a mi pesar, en retiros o cursos anuales. Siento alrededor un clima de sospecha con la gente que conozco. Percibo que no debo estar ahí y que no quiero estarlo más. Pero no puedo salir y voy con mucho disgusto a hacer la charla con alguien que no sabe nada. Tengo que engañar porque no quiero “estar en mal plan” ni quedar mal. Hay reproches encubiertos sobre todo cuando veo gente que recuerdo que de un modo u otro, siempre confuso en el sueño, intenta boicotear mi ansia de libertad y felicidad. Me despierto agobiado.

Entonces viene lo mejor. Al recuperar la conciencia, tras esos instantes de apuro, me recuerdo a mí mismo que soy libre y que todo ha pasado. No solo soy libre. Además soy feliz. Muy feliz. Como diría Allen Carr ("Puedes dejar de fumar si sabes cómo"), además he disfrutado, y no poco, del proceso. Siento estos sueños como parte del proceso de dejarlo y como recordatorios de lo bueno que ha sido irse e irlos (o m.a.t.p.e.c., con perdón). Es un recordatorio purificador de nuestro cerebro. Un recuerdo que lucha por salir, purgarse y eliminase. Esto me dijo un neurólogo que eso son los sueños: defragmentado de nuestro disco duro donde todo se va poniendo en su sitio. Pero hay demasiada información acumulada. Es un camino -marcado–, con un surco –premodelado– que ha sido hecho en una forja -impuesta–, que es demasiado profunda para que salga solo y suavemente de una vez. Dejará de ser el sueño de esa “noche en una mala posada” del pasado para convertirse en un buen día, con su sueño en la bonita casa de tu nueva vida, contigo y con quien quieras compartirla.

A mí me ayuda mucho –alejándome solo un poco de lo anterior– dejar que mi mente recuerde y divague de vez en cuando en una cosa en particular. Se acabó el machaqueo formativo completo y continuo al que estábamos sometidos y, a la vez, sometíamos a otros. No más camino, ni surco, ni forja. Se acabaron los círculos breves semanales (a veces dos impartidos); las meditaciones semanales; los retiros mensuales (incluyen hasta tres). El empalme formativo en los cursos de retiro. Los cursos anuales hasta que llegaron los de repaso (y aún así). Las charlas que recibes y la que tú haces semanalmente. La labor de supernumerios con sus charlas, encuentros, convivencias, círculos de estudios, etc. Se acabó eso y todo lo que conllevaba en derredor de. Las reuniones inmisericordes de ceéles, los despachos de grupo, los despachos con la delegación de las múltiples cosas. Los encuentros y convivencias de cooperadores. O las de labor y colegios, etc. Se acabaron y, para mí, ha sido y sigue siendo una gran liberación… y eso que, salvo por el importante trasfondo del asunto, era simplemente la parte más “laboral” de la labor… Se acabó para siempre, para siempre, para siempre.

CRNUMEROBAJO









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