Opuslibros - Al pero flaco todo se le vuelven pulgas.- Zartan

O del árbol caído todos hacen leña.

Eso o que de vez en cuando se pone de moda algo y todo el mundo se apunta. Es como la “canción del verano”, está de moda y hay que aguantarla una y otra vez hasta el infinito y más allá.

Ahora está de moda pegar coscachos a la obra y cuando hay tanta gente dispuesta a dárselos, habrá que preguntarse si es simple moda o es merecimiento. Si es esto último, hay que aplicar un refrán aunque no sea hispano: “quien es causa de su propio mal, llórese a si mismo”, que más o menos es como decir tú te lo has buscado así que no protestes.

Bueno, sentadas las bases vamos al desarrollo. Aquí estamos todos esperando a ver en qué termina eso de los estatutos y como se conjugan con el inmutable espíritu que, más o menos, va a ser: veamos como se las maravillan para nadar y guardar la ropa. Otro punto dolens es el de las famosas 43 que no está resuelto y no lo está porque no me hacen caso. Cuando Antonio Esquivias empezó a daros la lata para que le resolvierais económicamente lo que habíais descuidado por años, lo que justamente pedía, yo os aconsejé pagar cuanto antes y -tal vez- no fui lo suficientemente claro pero ahora sí que lo voy a ser: la mierda a más se mueve más huele, así que aflojar la guita cuanto antes para no tener demasiados escándalos abiertos al mismo tiempo. Al final vais a tener que pagar, hacedlo pronto que os conviene.

De esa forma y si no hay otro rayo que os caiga del Olimpo, solamente tendréis que batallar con la denuncia de Antonio, Carmen Charo y otros colegas por un lado y con lo de los estatutos y el rebote a seis bandas jurídico por otro.

No os preocupéis que yo no os voy a pedir eurillos, en mi caso estaba claro para mí que, si pasados los años, dejaba la barca, lo haría con una mano delante y otra detrás. Y así fue y yo en silencio como furcia.

Hoy estaba hablando con una queridísima amiga (también ella naufraga de la misma barca) y me ha preguntado que por qué dejé yo la madre guapa. Le he dicho que la pregunta está mal formulada y que lo correcto hubiera sido preguntar ¿porqué no te fuiste antes? No pude contestarle, los dos andábamos ya mal de tiempo, así que voy a intentarlo ahora en forma resumida.

Un mes de octubre de hace ya milenios, asistí a un encuentro con el founder en un alegre patio cordobés, todos de rigurosas chaquetas y corbatas como se estilaba en esa época (menos Javier G. de Q. que lucía no sé si una camisa o algo así de un intenso color amarillo). La mayor parte de los presentes eran agregados cordobeses pero también había gente de Jaén, Granada y creo que de Málaga pero de esto no estoy seguro. Se suponía que todos eran de la organización pero yo -y supongo que alguno más- estábamos como observadores (como los de la ONU pero sin casco) y en ese encuentro el founder me dejó una serie de ideales (pido perdón al respetable público por hacer estas declaraciones aquí) como el darle la vuelta al mundo como a un calcetín, ayudar a todo el mundo, santificar el trabajo y servir a la Iglesia. Poco después escribí la fatídica carta y empezaron las sorpresas ¿por qué con pluma si yo no usaba ese artilugio? Sorpresas casi a diario gracias a ese plano inclinado que es una forma elegante de decir dolo y un contrato firmado con dolo vale un par rupias, no más, lo que valga el papel en el que se escribe. Pero bueno, sea como fuese o fuerubiere, había un pseudo-contrato y lo que para mi tenía mas valor, una serie de ideales por los que valía la pena luchar y pasar por alto ese y otros muchos más dolos.

Esos ideales me los habéis ido robando a lo largo del tiempo y eso sí que exijo sean devueltos. Si no podéis, al menos pedid perdón, pero hacedlo de verdad no echándole la culpa al numerario del momento, no, es la obra la culpable.

A muchos les habéis robado la fe dándoles el cambiazo del Padre Eterno por el Padre; a otros nos habéis robado el concepto de fraternidad, de amor por los demás, prostituyéndolo con eso de evitar amistades particulares, habéis inculcado el miedo a querer de verdad a la gente; nos habéis dado gato por liebre haciéndonos creer que el proselitismo era apostolado; esa ilusión de servir a la Iglesia la habéis escamoteado en beneficio único de la obra y el calcetín que a mi me tocó para darle la vuelta, creo que procedía de un etíope que lo había usado al menos por un mes dando vueltas por su desierto. Radiactivo, en serio, casi como el queso de Cabrales.

Ya me pasé, demasiado serio por demasiado tiempo, eso no es bueno para las endorfinas así que -visto que he utilizado varios refranes hoy- os voy a dejar otro más: hombre refranero, hombre majadero. Ya estáis mejor ¿verdad?

Como siempre, un fuerte abrazo y a cuidarse de los mandriles.

Zartán