Mi vida espiritual peligraba.- Garabandal
Fecha Friday, 13 October 2023
Tema 010. Testimonios



Salí de la Obra en 2021, después de 36 años de numeraria. Ya hacía diez años que me había ido a vivir de nuevo a casa de mis padres, mayores ya, adscrita al centro, como varias numerarias del mismo. Me fui porque estaba enferma, comía, cenaba, desayunaba sola, y la "vida en familia" no era tal. Fue providencial, porque al poco tiempo mi madre enfermó y pude estar con ella y con mi padre todo el tiempo, hasta que falleció al cabo de unos meses. Mis hermanos (de la Obra) en otras ciudades venían de visita. Me hice cargo después de la atención de mi padre y de asuntos familiares...



Seguí enferma. Después de una fuerte crisis planteé al consejo local que no podía seguir siendo numeraria por motivos de salud. Me dijeron que con que fuera a Misa cada día era suficiente, y podía seguir siendo numeraria dispensada de círculos, retiros, cursos anuales, o sea, formación cero durante dos años. 

Pero ¿no había un compromiso por parte de la Obra de facilitar la formación a sus miembros? ¿No hemos dado círculos personales o enviado formación a supernumerarias por carta en verano? ¿No hemos ido a dar clases de formación inicial a vocaciones recientes al pueblo más remoto o a la playa más perdida? Yo sí lo hice en su momento. Ahora debe ser distinto.

Imposible sobrevivir cristianamente sin formación: me la tenía que buscar en Internet. De dirección espiritual, nada, ni un libro aconsejado siquiera.

Vi que aquello no tenía sentido, hasta el punto de que mi vida espiritual peligraba. Fui una tarde a una iglesia donde está expuesto el Santísimo para orar y preguntar al Señor cuál era su Voluntad para mí en esa situación y, si Él quería, que pudiera hablar con un sacerdote que me aconsejara. Había un sacerdote y le conté mi situación.

Muy prudente, vio que era un asunto entre Dios y yo: oró por mí en el mismo confesionario de forma espontánea, presentando mi situación personal al Señor y pidiendo al Espíritu Santo que me mostrara el camino. Me conmovió aquella forma de orar tan sincera y tan distinta al "te encomiendo", y su respeto a la conciencia de la persona. Este sacerdote, ahora hermano en Cristo, me llamó la atención porque transmitía, y transmite, un sincero amor a Dios. 

Veía claro que me tenía que marchar de la Obra, aunque sabía que me quedaba económicamente sin nada. Por mi condición de "enferma" en ese momento me cubrían los gastos desde el centro. Pero salir era el único modo de buscar algo para poder crecer espiritualmente, y ya Dios me pondría dónde.

Escribí la consabida (y ahora sabemos que innecesaria) carta al Prelado y la llevé en mano a la Delegación. La numeraria que se encargaba más de mí, y a la que estoy muy agradecida humanamente hablando, me pidió perdón. Me sorprendió. Le dije que le pidiera perdón a Dios, si así lo veía. Más tarde cambió la versión: me dijo que la que tenía la percepción equivocada era yo.

He cotizado menos de cinco años, habiendo trabajado casi siempre en la Administración. Atiendo a mi padre, que ya es mayor y no tengo apoyo familiar.

Me pareció que salía de una burbuja: Dios puso en mi camino buenos cristianos: me han ayudado a entender, a buscar y contrastar información sobre la situación real de estos tiempos y que en la Obra prefieren ignorar.

Empecé a asistir a formación y grupo de oración. Me he ido dando cuenta de las carencias en la formación religiosa de la Obra: de los grandes santos que ignoran, de los tesoros de la Iglesia, que no valoran, de la Palabra de Dios interpretada según el Fundador. Casi sólo leen libros de los mismos de la Obra. También de que las numerarias-os vivíamos como religiosas-os, pero "muy laicos", en esa confusión de espíritu. Ahora conozco laicos normales, con sus trabajos y familia, que dedican más tiempo a la oración personal, Adoración, Rosario, Sta Misa, ayuno, etc., según Dios les pida, que los de la Obra. Lo de no merendar los sábados me pareció de risa en comparación con lo que Dios pide a personas normales abiertas a escucharle en su oración y que se han tomado en serio la Palabra de Dios. Actualmente pertenezco a una Comunidad donde hay un amor a Dios sincero, comprometido, formación católica, acompañamiento espiritual verdadero y oración por cada uno... Lo que no tenía en la Obra. 

Yo personalmente he vivido una sanación de mi enfermedad a través de la oración de mis hermanos en Cristo, para gloria de Dios. Me queda todavía sanación interior. Sé que cuento con la oración de mi Comunidad y no estoy sola en el camino hacia Dios.

Otra cosa que me ha llamado la atención (lo desconocía), es que en la Obra hayan invitado a marcharse a D. J. Manglano. Otro caso distinto es la expulsión de la Obra del actual P. Jesús Mary, sacerdote numerario (me parece que en Costa de Marfil) por defender la doctrina católica. O que no conozcan los libros que ha escrito D. Claudio Sanahuja, sacerdote numerario, advirtiendo hace años de lo que está pasando a nivel mundial, o que tampoco lean a D. J.L. Aberasturi o al P. Iraburu, y algún otro, siendo de la "familia".

También me ha llamado la atención la falta de discernimiento para muchos temas que no son católicos, y en la Obra asumen con toda normalidad, incluso en colegios de Fomento, la misma Clínica de Navarra, etc.

Para mí ha supuesto encontrar luz para muchos asuntos, que siento decirlo, en la Obra no la hay. Y, para los que queremos seguir a Cristo, en la Obra se ve mucho apego al "mundo", en el sentido de "mundo, demonio y carne" como enemigos del cristiano. 

Me ha ayudado ver como Dios actúa en personas, que mueve a la conversión, y que en la Obra nunca hubieran sido admitidas por su pasado, y que necesitan atención espiritual y unos hermanos con los que compartir y crecer en la fe.

Estoy agradecida a Dios, que nunca abandona a quien le busca de todo corazón. La llamada en un sitio puede acabar en otro, porque el primero perdió su esencia (o nunca la tuvo, solo Dios conoce toda la verdad).

Aprovecho para pedir perdón a todas aquellas personas de la Obra a las que he podido perjudicar de alguna manera, sin pretenderlo, mientras he sido numeraria, sobre todo a las numerarias auxiliares con las que he convivido.

Si alguien me pudiera orientar con el tema laboral y económico, lo agradecería mucho.

Bendiciones,

Garabandal

 







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