Alivia mucho que te entienda quien te escuche.- FranzJagerstatter
Fecha Friday, 22 September 2023
Tema 040. Después de marcharse


Querida Millennial,

Perdona que te trate así, pero siento muy sinceramente una fraternidad y cariño especial hacia todos los ex miembros del Opus, así como a los que están adentro y que sufren, quizás incluso inconscientemente... En fin, que tu escrito me removió. Yo me salí hace poco tiempo, después de unos 10 años, y casi todo lo que escribes me interpreta perfectamente. 

Una de las razones por las que me salí fue también haber comprendido que es prácticamente imposible madurar dentro del Opus (al menos en estos tiempos donde materialmente se vive dentro de manera absolutamente burguesa) y que es muy difícil mantenerse con cierta estabilidad psicológica. Yo viví también en muchos centros, algunos de mayores, y me causaba una profunda tristeza ver cómo terminaban los numerarios mayores: viejos, solos, económicamente dependientes, profesionalmente incompetentes en muchos casos, sin amistades, casi sin familia... Es impresionante cómo se pasa la vida adentro. A mí, año tras año, se me hacía cada vez más insoportable la charla fraterna, la vida en un lugar donde no puedes vivir tranquilo (¡cuántos casos de correcciones fraternas como los que cuentas!), cada vez más rutinarios y repetitivos (menos formativos) los "medios de formación". Lo único donde pude crecer fue en mi vida de oración y mi misa, porque iba adquiriendo en esas "normas" cada vez más independencia respecto de lo que me decían "en Casa".

Me acordé de tantas y tantas correcciones fraternas que me hicieron. Algunas trianguladas desde un director que no daba la cara, otras dichas por ingenuos que creían que super regulando externamente vidas ajenas se ganaban su santidad, otras dichas por numerarios inseguros con un complejo macabro por la necesidad de aprobación de los directores... y alguna que me sirvió para crecer que se me hizo con cariño cristiano (siempre he pensado que una corrección puede ser buena y santa si se hace con recta intención y yendo a los temas importantes: la caridad, las virtudes cristianas reales —no las estupideces externas, que expresan antes manía que virtud—, la cercanía a Cristo). Una vez, el secretario me dijo que tire al basurero una camisa de un color supuestamente poco viril... y cuando le dije que no sé de colores y que me diga cuál es, quedó en evidencia, él tampoco sabía qué camisa era. Él entregaba el mensaje pero no sabía realmente qué estaba corrigiendo, ni mucho menos si eso tenía algo que ver con mi santidad. También me corrigieron por correr en los pasillos, por abrir ventanas, por cerrar así o asá una puerta, por expresar mis opiniones de manera apasionada... Pero nada de eso tenía que ver con mi santidad.

Ánimo, Millennial, que se puede sanar. Gracias a Dios encontré una novia con la que puedo desahogarme, que me comprende y me ha ayudado a crecer en una dimensión anulada de mi interior (la afectiva). Ella conocía la Obra e incluso era cercana, así que muchas cosas no requerían explicación, pero no sabía cómo funciona todo dentro de la institución. Pienso que eso fue una de las cosas que más me ayudó, y en este caso era más fácil explicar lo vivido. Sí alivia que tú expliques y te entiendan. Lo mismo con mi psicólogo (católico practicante que ha tratado a muchos ex) y con muchos amigos ex con los que he mantenido contacto (¡qué valiosa es la fraternidad con los demás que se fueron y que sufrieron lo mismo y que viven ahora el mismo proceso de reinsertarse en la vida!). Al final, es el amor lo que sana, saberte mirado y comprendido por personas que te quieren.

Un cariñoso abrazo a la distancia. Si lo necesitas y si quieres (¡sólo si quieres! ¡fuera del Opus hay libertad!), podemos hablar un día para que te desahogues (puedes pedirle mi correo a Agustina).

Franz Jagerstatter

 









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