Una chocante excepción.- JasonJonas
Fecha Wednesday, 20 September 2023
Tema 010. Testimonios


Sumo otro aspecto de los que he considerado al referirme sobre el Opus, y es el de no nombrar ”san” al fundador del Opus para toda referencia verbal o escrita. En mi particular opinión me parece una enorme contradicción el llamarlo así. De igual forma respeto el derecho de toda persona al nombrar así a este señor ꟷdentro o fuera del Opusꟷ pero en mi caso no hay forma ni manera de llamar así al artífice de esta gran obra mundana, que fue llevado a los altares por un proceso de canonización ridículamente evidenciable a favor de los intereses del Opus...



No es mi propósito entablar discusión alguna con respecto a que todo lo que dice la iglesia es de Dios (por la siempre asistencia del Espíritu Santo). Es decir, si la iglesia lo declaró santo “haiga sido como haiga sido” pues entonces a este señor hay que llamarlo santo... Es curioso como en la Iglesia existen casos en los que se ha descanonizado otrora a ciertas personas, pero muchos hombres o mujeres de su época los aludieron así toda su vida (como santos), y para ellos “ni fu ni fa” si fueron descanonizados décadas o siglos después. Personas sobre todo contemporáneas -como es el caso- pueden dar testimonio u opinión sobre de ellos, precisamente para que generaciones futuras tengan más información al respecto, y esté en ellas juzgar si son dignos o no ꟷal menos para ellosꟷ de este nombramiento eclesial.

El único título para este señor que es absolutamente contundente, y fuera de todo marco de debate, es el de haber sido el fundador del Opus. Aquí no hay controversia alguna (que sí la hay en que él dice que esto fue por inspiración divina…). Ah, también es incontrovertible otra forma de llamarlo: Marqués de Peralta. También pudiera ser llamado Licenciado o Doctor, pero vaya usted a saber cómo se hayan obtenido dichos títulos (con trampitas o chapuzas, como se ha escrito también en referencia a). Por eso estos últimos mejor ni mencionarlos, porque son de pena ajena.

Así que, en el caso de este Marqués, fundador del Opus, para mí ya no me cuadra merecimiento alguno para llamarlos San… Para mí es un individuo más llamado José María Escriba y punto (si acaso Chema como apelativo). Tampoco ya lo escribo como Josemaría, porque dejándolo como su nombre de pila y bautismo cristiano (sin el nombre compuesto) para mí no logra el reconocimiento de equipararlo en el amor que decía tenerles.

Repasemos sólo un poco, ¿cuál fue su ejemplo u obras?:

• 999 puntos de su libro Camino (copiado también, se dice por allí), muchos muy controversiales, discriminatorios y misóginos, más allá de valorar su contexto.

 

• Infinidad de páginas ascéticas escritas en cantidad de libros internos o al público que él mismo no llevó a cabo, sino lo contrario (palabrería bonita, ajena a la caridad en su vida).

• Un cambio de nombre rimbombante que le permite ser el único como tal en el santoral (y para aparecer ilustrísimo en las estampitas que distribuyen de él).

• Un marquesado.

• Aprender a actuar convenencieramente, como por ejemplo obligar testamentar al Opus, pero el no hacerlo así.

• Una soberbia ejemplar (él es más que los Papas), con una falsa humildad pronunciada ante miles que lo aclamaban en sus tertulias y reuniones.

• Un ser humano incapaz de pedir perdón a ninguno o ninguna (¿muy rencoroso tal vez?).

• Un autoritario, dictador en sus directrices y promulgas (inclusive en temas no espirituales, como la misma construcción de Torreciudad -capricho faraónico).

• Rabietas descomunales y un carácter errático (no por referencia a una posible enfermedad esquizofrénica, sino por un comportamiento narcisista deliberado).

• Adulador del dictador Franco, de quien recibió su cobijo.

• Grosero y pelado en reprimendas sin razón hacia “sus hijas pequeñas”.

• Esclavizarlas en el trabajo doméstico.

• Irrespetuoso y maleducado con las autoridades eclesiásticas y similares de órdenes religiosas, además de reacio (¿contrario?) con el Concilio Vaticano II (sólo él poseía la verdad conciliar).

• Una Iglesia-santuario-cripta-oratorio de sí mismo, brillante en mármol y construida por el mismo en vida, para que allí lo reconocieran humildemente como "el padre"...

• En fin, muchos etc., más, sin olvidar la frase de sumisión perfecta: "El que obedece nunca se equivoca"... (sin restarle fuerza a esta afirmación, para mí debería ser una de las mayores frases infames promulgadas de la humanidad).

En resumen y lo más lamentable de todo: Construir una institución que ha deshecho literal y realmente el sueño y la vida de miles y miles de niños, jóvenes, hombres y mujeres todos, manipulando en pleno sus conciencias; y de pasito crear un emporio de billones de $ llevándose de encuentro a cuanta gente se interpusiera en su camino.

¿Virtudes? Claro, las tuvo también, como cualquier ser humano conocido públicamente o sin conocer las pueda tener. ¿Encomiables al grado de santidad? Debatible... pero ante tales y tan fuertes comportamientos negativos no hay forma de ponderar -a mi parecer- su santidad.

Por tanto, ni siquiera por referencia o respeto a la Iglesia lo nombro “san” (que, dicho sea de paso, tampoco se falta en ningún momento a su respeto por llamarlo meramente por su nombre). Para mí, lo único aplicable a él, al aludir a esta palabra, es llamarlo “santo de sí mismo”. Al llamarlo así, sí ejemplifico de manera exacta su vida y LEGADO, eso sí lo logro a plenitud: Vivir para sí, dizque buscando la plenitud en Cristo, pero poniéndose él cómo el ejemplo perfecto a seguir en un plano de santidad ordinaria. De estos personajes hay muchos en la historia del hombre, que hicieron mucha parafernalia de sus vidas y arrastraron ciertamente a muchos, y tal vez incluso sus obras perduran hoy en día, pero no por ello son vidas ejemplares. O si lo son, lo son por el efecto contrario, por lo que NO se debe hacer.

Sin conocer mucho de las vidas totales de cada uno de ellos, el santoral me refleja personas verdaderamente ejemplares. De ellos, al menos de lo que se ha escrito en la historia de la iglesia que he aprendido, merecen mi consideración y respeto. Y bueno es el informarse cuanto más se pueda al respecto de la vida de estas personas, porque en principio y para muchas gentes son para emular. ¿Qué se habría escrito, por ejemplo, del infame fundador de los Legionarios de Cristo de no haberse conocido sus fechorías e historia de vida? ¡Hubiese sido un santo de altar!

Por eso, de la misma manera y conociendo ya mucho más la intrincada y engañosa historia de hechos del Opus y de su fundador ꟷen la cual viví varios años, pero que tantas cosas ni siquiera me daba cuenta o pasaban por mi cabeza siendo numerarioꟷ habría para mí una minúscula pero chocante excepción en el santoral actual: El fundador del Opus.

De los estatutos que resulten de todo este asunto que vive hoy el Opus, ¿voltearán a ver más a NSJ, o seguirán “duro que dale” con el sr. Chema?

JasonJonas

 







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