Continuo mis relatos en diferentes países y momentos con el común denominador de haberlos vivido en Administraciones de los centros del Opus Dei.
En todas las Administraciones, sea del tipo que sea (Ordinaria, Extraordinaria o Especial) cada día la Administradora es la responsable de elaborar la “Hoja de cocina” que debía reflejar la “Media de Cocina”. La Hoja de Cocina es la sumatoria de los productos utilizados para alimentar a las o los residentes con los precios reales de compra, la forma de controlar el gasto diario en alimentos en cada centro…
La Comisión y el club de estudiantes, por ejemplo, no tienen la misma Media de Cocina, al igual que en una casa de retiros y convivencias, no es el mismo menú para una actividad de estudiantes, supernumerarios A, B o C. El importe de la Media de Cocina es más elevado en el caso de Comisión por la calidad del menú. Para mejor explicación, la Media de Cocina de Comisión y la de "supernumerarios A" en una casa de retiros y convivencias son similares. Es parte de la diferencia de tarifas que hay en la misma casa de retiros para actividades con supernumerarios o para jóvenes de San Rafael.
La Administradora debe enviar con quince días de anticipación a Asesoría o delegación el Menú diario del siguiente mes: desayuno, almuerzo y cena, tomando en cuenta las Fiestas A, B o C, aperitivos, etc. Lo aprueban o hacen comentarios y lo envían de regreso. Eso es lo que se debe cocinar.
La Media de Cocina aprobada en el Presupuesto anual por los directores regionales es lo que rige a la hora de hacer los menús que deben ser sanos, variados, nutritivos y atractivos. Esta Media de Cocina es también el número mágico que define el monto que el consejo local de la Residencia pasa a la Administración el día primero de mes. Los gastos fijos no cambian durante los doce meses del año, lo que si puede variar es el número de comensales. Ejemplo: $2.50 por día - Media de Cocina aprobada para el Centro XYZ 100 residentes Septiembre = 30 días La Administración recibe $7,500 (2.50 x 100 x 30) en concepto de gastos de alimentación
En una Administración ordinaria se compra a granel (ahorro de tiempo y dinero) los productos no perecederos de mayor consumo: aceite en galones, harina y azúcar en quintales, etc. Hay que determinar el costo de una taza de aceite o de azúcar. Este dato se actualiza cada vez que se abastece el producto para que sea un dato real. Todo esto, en 1988 que me encargaba yo, se hacía con la ayuda de lápiz, papel y máquina sumadora con rollo de papel que certifica la operación. Envían de Asesoría una libreta impresa con el formato para esta tarea, una hoja por día. Me atrevo a decir que las imprimen en Roma.
Cada día, temprano de la mañana, el Director de la residencia comunica por el telefonillo a la Administración el dato del número de comensales para almuerzo, cena, desayuno y dietas de las siguientes 24 horas. Este número de comensales queda registrado en un cuaderno y se utiliza para determinar el monto de la Media de Cocina en ese día. En el área de cocina, se debe anotar absolutamente todo lo que sale de bodega y cuarto frío para las recetas que señala el menú.
Si hoy es Fiesta A, por ejemplo, el menú será mejor y más costoso que en un día ordinario, con aperitivo y extras. Por lo tanto, yo como Administradora debo lograr que el gasto en los otros días del mes, sea menor del señalado en la Media de Cocina para compensar lo extra que se gastó en este día de fiesta. De ninguna manera es aceptable llegar al fin de mes en números rojos.
En el año 1988 me gradué de la carrera de “Licenciatura en Ciencias Domésticas” en una institución del Opus Dei que contaba con el respaldo de la Universidad Nacional del país donde vivía. Yo era la primera numeraria que lo hacía en la región. La presentación de una tesis era parte de los requisitos de graduación. Decidí hacerla sobre la implementación de la computación en las Administraciones de los centros del Opus Dei. Las directoras de Asesoría me pidieron que reconsiderara mi elección ya que no les parecía necesario invertir tiempo y esfuerzo en ese tema, pero no lo cambié.
La directora de tesis, una supernumeraria Ingeniero Químico, me propuso como parte del trabajo hacer una encuesta al personal, simulando el mundo de un Hotel. Asesoría seria Junta Directiva, Administradora equivaldría a Gerencia, Numeraria Auxiliar a Jefe de Servicio, Alumna de escuela a personal operario. Elaboré la encuesta consultando a cada una su opinión sobre la implementación de la computadora en las tareas de la Administración. Era el año 1988. La encuesta describía aplicaciones al trabajo real que eran fruto de mi imaginación (favorecida quizás con películas de ciencia ficción). De niña seguía la serie de Dick Tracy.
Los resultados de la encuesta reflejaron comprensión y entusiasmo por parte de las Numerarias Auxiliares. Aunque los ejemplos eran locos, ellas llegaron a imaginar la aportación que podía suponer la computadora. Las Numerarias de Asesoría fueron las más escépticas al proyecto y no daban esperanzas a que este sueño se hiciera realidad. Ahora, en el año 2023, tareas rutinarias como las que he descrito quiero pensar que se han facilitado con la ayuda de la tecnología. Todo pasa. Espero seguir compartiendo historias de mi vida en el Opus Dei.
Copinol
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