Micrófonos y confianza.- Zartan
Fecha Monday, 14 August 2023
Tema 010. Testimonios


Últimamente estoy como el famoso don Alonso a quien “se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio” y en algunas de esas turbideces, me gusta leer a ilustres pensadores como, por ejemplo, Josef Knecht de quien me acabo de encontrar una perla que recomiendo vivamente y donde hace un paralelismo entre san Josémaría y don Márcial Máciel.

Dentro de ese artículo, el ínclito Knecht nos dice que “habían creado a su alrededor un mecanismo de defensa que le permitió ser inatacable durante mucho tiempo”. Lo dice de don Márcial pero es extensible al resto. El sistema ensalza al founder y lo pone por encima de cualquier sospecha de transgresión o debilidad. Es más, sus debilidades son presentadas a veces como auténticas heroicidades o peculiaridades que le situan por encima del común de los mortales. Así que no debería extrañarnos si, de pronto, surge un hagiógrafo que nos relata las maravillosas trampas que hacía el hagiografiado jugando al solitario, trampas jamás vistas y que denotan una sutil inteligencia a la par de una potentísima imaginación (mi abuelo decía que no hay nada mas tonto que hacer trampas en un solitario).

¿Y porqué os cuento esto? Porque hace poco me han incluido en un grupo de whatsapp en el que se comentó sobre la confianza que la obra tiene en sus miembros y se me ocurrió comentarles que en Villa Tevere había microfonos por toda la casa y que don Álvaro mandó quitarlos.

Al principio (y no sé si al final también) como que no me creían, suponían que debería ser otro más de los bulos que se cuentan como de oidas, hasta que les aseguré que no era un bulo, que personalmente lo había visto y que -incluso- había tenido que tirar de algún cable en el proceso de quitar el montaje. Y esos micrófonos se presentaban como un esfuerzo del founder por garantizar el buen espíritu de los que moraban en ese centro (¡¡tócate un pie!!). El síndrome de Estocolmo materializado. El mecanismo de defensa y culto ensalzaba lo que claramente era una falta de confianza y lo llevaba a un paternal y amoroso cuidado del espíritu. Y luego venía el proceso mental que declaraba como malos los micrófonos instalados por la CIA o la KGB y como buenos y virtuosos los de Villa Tevere. Y todo esto con gente que me atrevería a decir que con un coeficiente intelectual al menos por encima de 120.

Me gustaría que alguien más confirmara lo dicho. La desinstalación debió ser en febrero o marzo de 1977, no recuerdo bien.

Saludos desde mi selva donde no ha habido micrófonos ni necesidad de ellos.

Zartán







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