Ortodoxia y mayoría de edad.- José Carlos
Fecha Monday, 06 September 2004
Tema 900. Sin clasificar


Ortodoxia y mayoría de edad

Nos recordaba el oreja Pablo el 20-VIII (¡qué gusto poder referirme a vosotros por vuestro nombre! – lo digo en serio y te lo agradezco) que el Opus Dei se distingue por su fidelidad al magisterio de la Iglesia. Pero luego Aquilina, en un elaborado y personalizado escrito (25-VIII), quiso retratarme a mí y a otros con la siguiente caracterización:

“Muchos salen del opus y siguen acercandose a los problemas de doctrina y de moral al estilo que se fomenta en la obra (y, hay que reconocerlo, en otros ambientes eclesiasticos) de aceptaciòn supina y hasta dirìa yo pasiva de las enseñanzas de la doctrina oficial de la iglesia. Son aquellos a los que apuntamos a menudo en estas paginas cuando hablamos de los que han salido pero se han quedado dentro mentalmente.”

Aquilina (por quien sigo guardando un gran respeto) pasa a implicar que esa obediencia al magisterio no es propia de personas inteligentes y reflexivas; nos dice que los que así obramos nos podemos creer moralmente superiores a los demás; y nos conmina a no usar la web para “proclamar doctrinas oficiales, … verdades preconfeccionadas y acabadas”.

Tienes razón, Aquilina, en mucho de lo que dices. Hay personas que actúan así, que aceptan todo lo que se les dice sin espíritu crítico ni raciocinio alguno. También hemos visto en esta web, en ambos lados, cómo algunos se creen superiores e insultan a otros por pensar que están en posesión de la verdad. A lo mejor yo mismo doy esa impresión.

Voy a discrepar con un par de cosas. Primero, el aceptar las enseñanzas del magisterio no implica de por sí falta de inteligencia o de reflexión. Uno puede ver lo que enseña la Iglesia, estudiarlo, sopesar lo que dice, y aceptarlo con su razón y con su fe. Si son verdades, como nos recordaba Satur, la mente terminará asintiendo. Resulta que después de mucho leer y profundizar, a mí me convence lo que predica Juan Pablo II y proclama el Catecismo en materias de moralidad sexual, por ejemplo.

Segundo, el que existan “verdades preconfeccionadas y acabadas”, como tú misma admites, no implica que dejen de ser verdad. Verdades “preconfeccionadas y acabadas“ son la rotación de la tierra alrededor del sol, la existencia del Nuevo Mundo, la circulación de la sangre, el que hemos de amarnos unos a otros y el que la violación, el racismo y el aborto deliberado son pecados gravísimos siempre y en todas partes, aunque no todos lo vean así.

Tercero, si realmente yo estoy convencido de algunas ideas, si las siento en mi propia médula, no entiendo por qué no puedo hablar de ellas simplemente porque coinciden con lo que enseña la Iglesia, lo mismo que otros defienden posiciones contrarias – con más o menos humildad, debo decir. Haciéndolo no quiero juzgar, ni condenar… sí que se me oiga. Me consta que a otros lectores les parece bien.

Pienso que ese pluralismo es buena cosa, deseo que lo perciban los que visitan la web, y creo que tengo los mismos derechos que los demás, gracias a la magnanimidad de los orejas que tan duro trabajan (desde aquí quiero felicitar a Pablo, que obra contra corriente porque así lo ha decidido la mayoría, nos da todo un ejemplo de nobleza y casi se le perdonan los exabruptos). Ojo, no pretendo aleccionar ni erigirme en superior a nadie, porque sé muy bien que no lo soy, te lo digo de veras. Si a veces parece lo contrario, te agradezco que me lo indiques porque la soberbia se me puede escapar.

Parto de una serie de supuestos que no cuestiono: la existencia de Dios, Jesucristo como Dios-Hombre, su venida a la tierra para redimirnos y la constitución de la Iglesia como su Cuerpo Místico, garantizada por Él mismo para estar libre de error en materias de fe y de moral.

Me parece que los asiduos de la web se pueden dividir en dos campos:

1) los que piensan que el Opus Dei es una institución dañina y viciada de raíz, que no creen en la santidad del Fundador y preferirían que la Obra se fuera al garete porque no hay en ella nada bueno; y

2) los que admitimos que en la historia humana de la Obra puede haber errores (muchos o pocos, de mayor o menor envergadura, personales en la praxis o institucionalizados en criterios variables), pero que creemos que San Josemaría – con sus defectos personales, como todos los santos menos la Virgen – está en el Cielo, aunque algunos prefieran no entrar en su nube :); que la Obra posee elementos sobrenaturales, que eso sugiere su inspiración divina, y que muchas cosas buenas de su espíritu ayudan a la gente a ser mejor.

Y yo me pregunto por qué entre los primeros, entre los críticos a ultranza, no hay casi ninguno-a que al mismo tiempo evidencie en sus escritos una fiel adhesión al magisterio y a la jerarquía.

¿Es porque la denigración absoluta de la Obra es incompatible con la ortodoxia católica? Si así es (que no digo que lo sea, pero hasta ahora nadie ha demostrado lo contrario de forma convincente), mucho me temo que esa demonización acérrima no va a poder convencernos a los que partimos de los supuestos arriba mencionados.

Poneos en mi situación, conociendo bien de dónde proviene, y veréis que para mí es muy difícil aceptar un punto de vista en materias que conciernen a un miembro vivo de la Iglesia como es el Opus Dei, propuesto por personas que tienen una visión radicalmente distinta de la misma o que en realidad no pertenecen a ella: porque quizá la ven solamente en clave humana, de luchas de poder y de influencias, o mutable según la corriente del momento.

Para mí, como católico, la unidad con la cabeza – visible e Invisible – es garantía de autenticidad. La Iglesia es una, como una es la Verdad y uno es Dios. A lo mejor soy un simple, pero tengo la esperanza de que en conocerla y en conocerle estamos empeñados todos, de una forma u otra. Qué ganas tengo de que por fin lleguemos a eso y todo lo de aquí abajo se quede atrás.

A Pablo: sí, a Dany he tenido la buena fortuna de conocerle personalmente, como a otras muchas buenas gentes que escriben (o escribían) en esta web. Si quieres, dinos cuándo te toca guardia y así te evitamos la faena de tener que colgar nuestros correos. Pero no nos vengas con que estás de guardia todos los días, ¿eh? :)

Un abrazo,

José Carlos



(Nota: como hoy no está Pablo, es de justicia para con él no faltar a la verdad porque Pablo no escribió "que el Opus Dei se distingue por su fidelidad al magisterio de la Iglesia", como has creído leer en su correo, sino una opinión o reflexión que no hay que sacar de su contexto:

"Justificándose siempre [el opus] en el fin de la salvación de las almas, en la fidelidad al magisterio de la Iglesia, y en su situación jurídica dentro de la Iglesia, se lleva a cabo y se justifica una praxis institucional que está en las antípodas del Evangelio y que viola derechos básicos de las personas."

"Por eso, reproducir opiniones de cooperadores del Opus Dei, describiendo lo que es doctrina o praxis ascética tradicional de la Iglesia, para insistir en "lo bueno del Opus", a mí personalmente, no me deja indiferente. Yo puedo estar o no de acuerdo con la doctrina de la Iglesia en diferentes temas, pero lo que me enerva es que, en mi opinión, la forma en que el opus se constituye en "campeón de la ortodoxia", constituye una perversión porque se utiliza precisamente para atraer a personas de buena fe, que posteriormente serán utilizadas, manipuladas y coaccionadas."

Un saludo, Agustina L. de los Mozos



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