Opuslibros - ¡Qué bien lo hacéis todo!.- Albedrío

Domingo pasado, Domingo de la Misericordia. Un grupo de agregados de una ciudad española charla amistosamente, de pie, antes de sentarse para tener su tertulia semanal de los domingos. Son, como la gran mayoría de los agd que quedan, ya talluditos, algunos de edad avanzada, las edades podrían oscilar entre los cuarenta y tantos y más de ochenta años. Son gente ya con mucha experiencia, con muchos años en casa, todos llevan años dedicándose a la labor de san Gabriel. Están charlando animosamente sobre el congreso extraordinario de la Obra con motivo de la modificación de los estatutos que terminaba precisamente ese mismo día. Uno de ellos comenta lo siguiente (palabras prácticamente literales):

–Hay que ver, qué gozada, el seguimiento total que están dando del congreso en la web de la Obra. Les están callando totalmente la boca a los que dicen que si en el Opus Dei hay secretismo y esas cosas. ¡Pues, hala, ahí lo tenéis!, tooodo el congreso perfectamente explicado con todo lujo de detalles...

Todo el mundo asintió y mostró su total sintonía con esas palabras (menos el que me lo contaba, lógicamente), gozándose de lo bien que se hacen las cosas en casa... Gente con carreras, con una capacidad intelectual bastante por encima de la media (se supone, claro, que quizá sea mucho suponer), algunos con mucha experiencia en distintos tipos de trabajo, con mucha vida vivida, vamos...

¿Y nadie se dio cuenta (o lo disimuló muy bien) de la barbaridad que acababa de decir? ¡Que no han soltado prenda de lo que ha pasado estos días en el congreso! ¡Que nos enteraremos cuando la Santa Sede reaccione a los documentos que les den (o si hay una filtración)! ¿En serio se puede estar tan ciego? ¿Hasta esos vértices puede llegar la cerrazón?

Cuando me lo contaron no salía de mi asombro, me he quedado atónito. Si esto es un botón de muestra de cómo piensa el personal (los mayores al menos), lo de los cambios lo veo yo como poco menos que imposible. Estos tíos están a años luz de entender siquiera un mínimo cambio. En fin, espero que esto solo sea una reacción marginal; creo que entre los más jóvenes, con los que hablo frecuentemente, una declarada como esta y la posterior reacción de los demás, hubiera sido absolutamente impensable.

Aunque no puedo seguir en directo las reuniones de Antonio Moya, no me pierdo ni una en diferido. Creo que es, junto con muchos escritos de esta web, la única forma de aclararse de lo que está pasando dentro.

Un saludo a todos. Albedrío.