Opuslibros - Prelatura personal 1969.- Zartan

Divertidos son y mucho. La capacidad de sorpresa sigue siendo intensa y habría que decir como a don Cid «Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras».

Acabo de leer en el documento para la prensa con vistas al congreso extraordinario que, en 1969, se celebró en Roma un Congreso general especial del Opus Dei, con objeto de estudiar su transformación en prelatura personal, figura jurídica prevista por el Concilio Vaticano II.

Y aquí tengo que decir que o me engañaron en 1969 o me intentan engañar ahora. En 1969 en el centro donde yo vivía, nadie habló de prelaturas personales, nos dijeron que el congreso especial era la respuesta de la Obra a la idea de aggiornamento del Vaticano II. Que se había pedido a todas las instituciones de la Iglesia revisar sus estatutos o reglamentos para aggiornarsi, pero que la Obra no lo necesitaba y no lo necesitaría nunca, por lo que materialmente lo que se nos pedía era que escribiéramos notas de alabanza a las costumbres que se vivían en la Obra. Puede ser que a mi, por ser yo en ese momento un genuino pardillo estepario, nadie me hablase (nos hablase) de esas famosas prelaturas, pero estoy seguro de que nadie las mencionó en mi centro. A veces los hechos se quedan marcados de forma indeleble y este es uno de esos y puedo deciros quien fue el emisario que nos dio a conocer lo que en ese momento el Padre pedía a todos y cada uno, el lugar y la hora. No me está jugando una mala pasada la memoria.

Esa solicitud de aggiornamento se usó internamente para volver a poner en evidencia la superioridad de la obra, no teníamos que cambiar uniformes, no teníamos hermanos o hermanas legos (¿de verdad no los teníamos?), era puro triunfalismo pero, de verdad y que se me caiga un ojo si miento, nadie habló de prelaturas personales, todos nos portamos bien y enviamos a Roma nuestras mas sentidas loas al espíritu de la Obra. Puede ser que en algún recóndito despacho de Roma alguien mencionase las prelaturas personales, pero el personal, el perraje, estábamos resignados a seguir siendo un instituto secular.

Un abrazo o varios a cada uno.
Zartán de los Nomos