El control anual de la mente (Cap.48 de 'El buen pastor' ).- Nachof
Fecha Friday, 03 September 2004
Tema 060. Libertad, coacción, control



EL CONTROL ANUAL DE LA MENTE

Cap.48 de 'El buen pastor'
Enviado por Nachof el 3-9-04

Cuando llega el verano parece que proliferan unos "aspirantes de periodistas" que envían artículos a los periódicos en los que se defiende la familia, la libertad de la Iglesia para pronunciarse sobre los temas que ellos consideran propios o para regañar a alguien por haber lanzado una fuerte crítica contra el matrimonio o la familia o haber atacado a la obra. Así, si se leen las páginas dedicadas a publicar la opinión de los lectores de los periódicos abundan este tipo de opiniones, que muchas veces tienen un origen muy determinado: los cursos y las convivencias anuales que organiza el opus en distintas casas de convivencias, hoteles y colegios de toda España...

En el organigrama de todos los cursos y convivencias anuales existen charlas fijas, de las que una de ellas es la llamada del "apostolado de la opinión pública" y se dice que cualquier ciudadano --y más si es un fiel cristiano, como son los del opus-- puede colaborar en la marcha de la sociedad por medio de las cartas a los periódicos. El hecho de que se publique un texto ya es un éxito y su autor piensa para sus adentros: "Ya he escrito mi primer artículo". Con el primer ímpetu, algunos de esos "espontáneos" luego continúan durante el resto del año, pero no suele ser lo corriente.

Lo que estoy describiendo tiene un origen más hondo. Se suele preguntar a los participantes en las convivencias y cursos anuales si han entendido la citada charla y con cuántas cartas han colaborado. El resultado se lleva a una estadística que se controla desde la alta dirección de la obra, a efectos de lograr tener un mayor peso en la sociedad. No es frecuente, pero, si por casualidad, la carta del escribiente aparece en otra sección más importante del periódico se puede llegar a producir una felicitación por parte de los directores regionales o de delegación.

Pero los cursos anuales o convivencias no solo tratan de aspectos relacionados con el llamado "apostolado de la opinión pública". Existen otros guiones sobre otros temas doctrinales y morales actuales que sirven para dar "el buen alimento". Así lo ha llamado internamente alguno de la obra. Desde que me hice de la obra hasta que salí, un año y otro estuve escuchando que en el curso anual o en la convivencia disponíamos de más tiempo para hacer una "charla fraterna", también llamada "confidencia", a fondo. Se suele decir que los de la obra "no han de tener miedo a que les metan los dedos por la boca hasta el fondo", aludiendo con ello a la necesidad de "descubrir aquello que no queremos que se sepa" (son frases habituales) y que "deben saber los directores", porque "son los que nos pueden orientar". Está claro que viviendo esa "sinceridad salvaje" la persona que abre su corazón se encuentra totalmente atada y controlada no solo por aquel "hermano" o "hermana" al que se lo ha contado, sino desde más arriba: consejo local, delegación, comisión e incluso consejo general, ya que todo es una pirámide.

Confieso que sobre alguna cosa íntima que había contado en la charla fraterna o "confidencia" luego me sorprendí en algún momento, porque lo sabían los directores. Vaya control. Ya lo he dicho otra vez, en ningún caso cabe atribuírselo a una inspiración del Espíritu Santo, puesto que se hace informes de todos los participantes en lo que ellos denominan norma anual. La situación que estoy comentando en los cursos y convivencias anuales se puede aplicar también a los llamados 'cursos de retiro', especie de ejercicios espirituales que viven los de la obra, aunque en un principio sí se denominaban "ejercicios espirituales", que así los denominó quien los escribió, mi santo tocayo Ignacio de Loyola que, por cierto, no era un "Santo Polivalente".

Durante los 'cursos de retiro' se suele invitar a los participantes a hablar con el sacerdote que los predica. Así se puede producir la situación de "meter los dedos hasta el fondo" de la persona. Existe una diferencia en los cursos y convivencias anuales con respecto a los cursos de retiro. En los primeros se puede producir un mayor control de la persona, debido a que interviene el laico encargado de la dirección espiritual, mientras que en el segundo, al intervenir solo el sacerdote, éste suele aconsejar a los laicos que digan las cosas fuera de confesión o le digan las "cosas descubiertas en el sagrario" a la persona del centro que lleva su charla.

Estos días, alguien ha dicho en la correspondencia de opuslibros que esto que decimos los que escribimos aquí es falso. Os puedo decir que todo lo que yo he escrito desde que comencé a colaborar es rigurosamente cierto y lo he vivido en mis propias carnes. Después de haberlo experimentado varias veces, te resistes a entrar en ese juego. Así me sucedió en los últimos años de mi vida en la prelatura. Por eso, al gozar de mayor libertad, ahora soy más feliz y no me controlan.

Continuará





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