El mensaje que atrajo a muchos fue que podrían santificarse con su ilusión profesional en medio de su trabajo. Además, el trabajo había que hacerlo bien. Un@ numerari@ sin ilusión no servía.

Pero una vez dentro el mensaje fue cambiando. Mediante el plano inclinado, y la pillería santa, el mensaje se redirige hacia las necesidades de la Obra. Si es necesario, porque conviene a la institución, el numerario deja su trabajo y hace lo que sea. La presión es clara: no hacer eso es mal espíritu, falta de generosidad, profesionalitis.

Hay numerarios que seguramente están dispuestos a cambiar de trabajo y mucho más. Muy bien. Pero ¿y los que vinieron porque querían desarrollar su trabajo en su profesión?

El poner las “necesidades” de la institución antes de las del numerario es una de las razones porque el Opus Dei se descarriló del carisma.

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