Creo que los habituales de OpusLibros somos conscientes del grandísimo bien que hace esta página. De lo que quizá no somos tan conscientes, porque se nos escapa y es incuantificable, es de toda la ayuda que ha prestado y presta OpusLibros. Muchas personas, muchas más de las que imaginamos, leen la web sin decir ni mu y después reflexionan. A dónde les lleve el proceso de reflexión es cosa suya y de Dios, pero OL encendió la primera chispa. Del mismo modo, tampoco somos conscientes de los muchos cambios que ha habido en la institución y que han surgido a raíz de los post de esta página.

Estamos todos de acuerdo en que vale la pena mantener abierta la página. Sin embargo, ello no significa únicamente actualizar los post tres veces por semana, aunque eso forme parte de la tarea. Significa contestar por privado, diariamente, a quienes no quieren dar su nombre pero necesitan ayuda. Significa enfrentarse a la institución una vez, y otra, y otra, y otra, de mil maneras diferentes. Significa tener paciencia para contestar a quienes están demasiado dañad@s para reaccionar, pero siguen necesitando a alguien que les escuche. Significa, y ya vamos llegando al quid de la cuestión, pagar por el dominio de la página, y mantener un servidor, un firewall, wifi, un antivirus muy, muy potentes... Significa, en una palabra, que las actualizaciones visibles que vemos tres veces por semana son solo la punta del iceberg de lo que no se ve.

Y ese iceberg es carísimo de mantener, y por eso escribo hoy, para pedir ayuda, porque la página está en números rojos y alguna solución habrá que ponerle a eso, ¿no? Y si no se la ponemos quienes escribimos y leemos habitualmente OpusLibros, ¿quién se la va a poner? Si no ayudamos nosotr@s, ¿quién creemos que va a ayudar?

Mediterráneo