En el Opus Dei cuesta entender cosas nuevas.- Calatrava
Fecha Monday, 10 October 2022
Tema 070. Costumbres y Praxis


 

 

Hace unos días se publicó una nota de Nocompensa, con el título Agrandar el corazón en la que glosa algunas expresiones del Protonotario Apostólico supernumerario monseñor Ocariz, en una carta que ha dirigido a los miembros de la prelatura, es decir a su presbiterio y a los cooperadores orgánicos, esto es a los demás, animándolos a ver más allá de sí mismos y preocuparse por los demás, sus necesidades, sus angustias, "donde hay pobreza, donde hay falta de trabajo, donde hay tristeza, donde hay dolor, para que el dolor se lleve con alegría, para que la pobreza desaparezca, para que no falte trabajo". Donde los anima a preguntarse "...quién soy para el otro y quién es el otro para mí".

 

Nocompensa anima incluso al prelado Protonotario, a incluir esta pregunta en el examen del círculo breve: ¿Qué es el Opus Dei para los ex y qué son los ex para el Opus Dei?

 

Ilustrar con ejemplos es bueno, porque suele pasar que mientras algo no se ve, no se entiende. Ahí van dos, aunque el refrán dice que para muestra basta un botón.

 

Murió hace poco el padre de uno con el que hice el centro de estudios. Algunas veces, por la proximidad de nuestros lugares de trabajo nos hemos encontrado, e incluso nos hemos sentado a tomar un café o una copa. Le mandé un mensaje de condolencia, asegurándole mi oración por el alma de su padre. Dos o tres días después lo encontré en la calle y le di un abrazo diciéndole algunas palabras, lo normal entre amigos que se estiman y que han sufrido una pérdida. En voz baja y casi al oído le oí decir: "…ojalá alguno de mi casa me hubiera dado un abrazo así". Desde luego no hice ningún comentario: no había comentario posible.

 

Hace unas semanas recibí un mensaje de un sacerdote de la prelatura, viejo amigo -si es que de amistad puede hablarse- desde antes de su ordenación. Me decía que estaba de paso por mi ciudad y que le gustaría verme "...para que lo invite a comer por ahí". Textual, ya lo habíamos hecho alguna otra vez.

 

Le respondí que me gustaría mucho verlo, pero que estaba internado en tal hospital por una reciente cirugía algo complicada. El hospital no está a más de 10 manzanas del centro donde se alojaba. La respuesta textual fue nada más "...otra vez será".

 

¿No pensó que podía visitarme? ¿Que quizá necesitaba los servicios de un sacerdote? ¿Que podría alegrarme con unos bombones o una caja de frutas escarchadas, como las que el fundador, su fundador, le llevó a "Chiqui" cuando se moría?

 

Quizá es que aprender cosas enteramente nuevas, en la prelatura cuesta un poco.

 

Calatrava

 









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