Acabo de leer la carta de Monseñor Ocáriz en la página web del Opus Dei con el título “agrandar el corazón”. He reconocer que está muy bien escrita, muy clara y bien estructurada con pocas citas, las justas. En comparación con las cartas de D. Javier, con todo mi respeto, he de decir que las de Ocáriz me gustan mucho más. Sobre todo, las cartas mensuales a sus hijas e hijos pues las de D. Javer eran largas y farragosas mientras que las de Ocáriz la mayoría de las veces tenían tan solo un párrafo o dos, lo cual es más eficiente y de agradecer para quienes las leen...

Junto a muchos aspectos positivos que desarrolla en esta carta, me ha llamado la atención que empieza a utilizar con frecuencia la expresión “labor colectiva”. Quizás englobe tanto obra corporativa como labor personal, pero habrá que estar atentos a esta nueva terminología para ver cuál es la intención porque seguro que no es un lapsus y Monseñor protonotario apostólico supernumerario seguro que no da puntada sin hilo.

Yendo más al fondo, no quiero criticar todo lo que están haciendo con el proyecto Betocare en el que tratan de presentar a nivel global muchas iniciativas en favor de personas necesitadas por todo el mundo. Sinceramente me alegro de que haya tantas personas del “entorno Opus Dei” cada vez más comprometidas en proyectos en servicio a los necesitados. Así que mi más cordial enhorabuena y sigan así.

Sin embargo, sin ánimo de criticar, pero no he podido evitar leerla y a la vez dejar de pensar en los miles de “ex miembros” del Opus Dei. Es verdad que muchos no están resentidos ni necesitados pues han podido rehacer sus vidas. Pero leyendo con frecuencia Opuslibros percibo mucho dolor, necesidad, sufrimiento y en algunos casos por qué no también decirlo, resentimiento.

Los que habéis leído mis recientes escritos “trabajos internos” habréis percibido que he sido muy claro y lo que de ahí se deduce no es plato de gusto para el Opus Dei. No obstante, no me arrepiento de haberlo escrito porque primero todo lo que digo lo considero cierto, segundo me mueve reparación en justicia para muchos y tercero, sinceramente me gustaría que el Opus Dei se reformara (en lo reformable) y rectificara y mejorara.

Dicho lo cual, y siguiendo en esa misma línea de practicar crítica constructiva al Opus Dei y empezando por reconocer todo lo positivo que esta carta de Ocáriz pueda generar, voy a pasar a copiar algunos párrafos que he seleccionado de Mons Ocáriz y acompañarlos con unas breves preguntas o reflexiones.

“Como os decía también en una carta de 2017, “Nada de esto nos puede resultar indiferente”, todos y todas estamos llamados a “poner en movimiento la «imaginación de la caridad» para llevar el bálsamo de la ternura de Dios a todos nuestros hermanos que pasan necesidad”

Pregunta: ¿Cómo va a poner en movimiento el Opus Dei esa “imaginación de la caridad” en lo que se refiere a sus exmiembros?

“Somos corresponsables de cuidar el mundo, estableciendo relaciones fundadas en la caridad, la justicia y el respeto, especialmente superando la enfermedad de la indiferencia”. 

Pregunta: ¿Qué está haciendo el Opus Dei para cuidar a los ex y establecer relaciones con ellos basadas en caridad y justicia? No me refiero a lo que puedan hacer solo a nivel individual. Si hacen toda esta movida de Betocare para presentar al mundo entero todo lo que hacen por los “pobres” y puede que sirva para lavar su imagen, ¿por qué no hacen algo similar a modo colectivo para mostrar compasión con los ex?

 “La pregunta sobre la caridad no es solo qué tengo que hacer sino, antes, quién soy para el otro y quién es el otro para mí”.

Pregunta: parafraseando su cuestión: ¿Qué es el Opus Dei para los ex y qué son los ex para el Opus Dei? Suena bien, incluso para incluirla en listado de preguntas del círculo breve o de los retiros mensuales o de los cursos de retiro. Ahí lo dejo. No sé la “vieja guardia” cómo lo vería, pero no lo veo del todo descabellado.

Este diálogo con la necesidad y la vulnerabilidad, seguramente tendrá como resultados una piel sensible.

Comentario: ánimo pues a dialogar con los ex y verán ustedes qué bien se les queda el cutis y les sale esa piel sensible. Pueden empezar por las ex numerarias auxiliares cuya piel de las manos por desgracia me temo que no es especialmente sensible ni tratada con cremas caras.

 “el Opus Dei [ha de estar presente] donde hay pobreza, donde hay falta de trabajo, donde hay tristeza, donde hay dolor, para que el dolor se lleve con alegría, para que la pobreza desaparezca, para que no falte trabajo —porque formamos a la gente de manera que lo pueda tener—, para que metamos a Cristo en la vida de cada uno, en la medida en que quiera, porque somos muy amigos de la libertad”.

Pregunta: ¿Cómo va esa lista de los ex que ya deberían estar haciendo? ¿Cómo van esas llamadas a los ex para que como dicen el Opus Dei esté “presente” donde haya tristeza, dolor y se lleve con alegría? Otra sugerencia: igual que existe un plan apostólico diario, ¿por qué no incluyen un plan con los ex (si no diario) pero al menos mensual. Podría ser una buena manera de enfocar las famosas “excursiones mensuales”: busca a un ex que conozcas y queda con ella o con él a estar un día con esa persona, escuchándola, animándola, ayudándole, aprendiendo de ella, rezando con ella, pero ojo, sin ninguna intención semioculta de llevarla a medios de formación sino tan solo dar tu tiempo con generosidad sin esperar nada a cambio. Simplemente estar, acompañar, dar caridad.

“Un hombre o una sociedad que no reaccione ante las tribulaciones o las injusticias, y que no se esfuerce por aliviarlas, no son un hombre o una sociedad a la medida del amor del Corazón de Cristo.

Comentario: efectivamente, ¿Cuándo va el Opus Dei a reconocer públicamente las “injusticias” que ha causado a muchos ex (no a todos) que a su vez haya podido causarles “tribulaciones”? Esa es otra forma de desarrollar un corazón a la medida del Corazón de Cristo. Y Mons Ocáriz, sería una buena forma de aplicar el título de su carta y “agrandar el corazón”, ¿no le parece?

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