Opuslibros - Yo también estuve negando la evidencia. Para José Carlos.- Carmen Charo

Querido Jose Carlos, tienes una madre imponente, sí señor. Y el que hecho de que Dios te la diera por madre, para ti no es una casualidad. Algo habrá que tú debas aprender de ello.

Creo que tu te has quedado en una imagen fija e identificas lo siguiente: mi madre es una mujer excepcional como persona, como mujer, como madre, como hija de Dios... y esto quiere decir que la obra, en la que ella milita desde tiempos inmemoriales, es santa, buena, justa, sabia, de Dios.... Jose Carlos, sal de la parálisis. Tu madre es excepcional, y sigue fiel en el "opusdei", pero eso no quita ninguna credibilidad a los cientos ya de testimonios, que aqui yo he leído.

Yo admiro a tu madre por lo que tu cuentas de ella, que lo creo, pero de lo demás -de la obra- tengo en mi haber 17 años angustiosos, 17 años de trabajar como una burra, de entrega incondicional, de obediencia ciega, de sinceridad salvaje, y 17 años de mentiras, de abusos, de desamor por parte de la obra, de torturas.

A tu madre Dios la ha hecho así y ella parece que ha sido dócil a la acción de Dios, pero no es así gracias a la obra. La obra sí que se sirve de ella porque es un magnífico escaparate. Yo también conocí una supernumeraria, muy influyente y acaudalada, que fue inmensamente generosa con la obra, y cuando Dios le bendijo con un Alzheimer, no fue nadie más a verla. ¡Total, ya no podía hacer la charla, ni planes apostólicos! Su hija, también supernumeraria tuvo que cuidarla y, ante tamaño escándalo, dejó la bendita "obradedios". Como ves la vida es plural, y hay todo tipo de experiencias.

Yo en mi testimonio hablo de mi padre, a veces de forma no muy positiva, porque a mi no me ayudó, y sin embargo, tú y yo coincidimos en varias cosas.
Mi padre se quedó viudo a los 33 años, perdiendo a su mujer en el parto de su último hijo. También tenían problemas sanguíneos, como en la caso de tu familia. El niño murió a los dos meses. Este era el segundo hijo. La primera, era una niña que no sé decir qué enfermedad sufría. Tenía la vida de un vegetal, y vivó 14 años, muy duros para todos.

Bien, mi padre, cristiano ferviente y comprometido, militó en la juventudes socialistas con 17/18 años, y por esta causa, tuvo que alistarse como voluntario en la guerra civil, pues en Vitoria, cada día, los nacionales se llevaban a unos cuantos de paseo y no volvían a casa. Estudió Magisterio, y por sus antecedentes socialistas, fue castigado a ejercer en un pueblo perdido de Leon de por vida. Ante semejante situación, tuvo que ir a Madrid, donde cursó la carrera de Ciencias Naturales, de forma brillantísima. Su pasado le siguió pasando factura y nunca consiguió ninguna cátedra, siendo bien merecedor de ellas.

Mi padre ha sido una persona comprometida socialmente desde su visión cristiana de la vida. Puedo decir de él, ya que no hablé bien en cuanto a su trato hacia mi, que es un hombre austero, honesto y cabal hasta la médula, que ha dado tiempo, dinero y energías por los más necesitados, trabajando en Acción Católica, Caritas, Cursillos de Cristiandad, colaborando generosamente en la parroquia...

Todo eso es mi padre, un hombre admirable, pero también con limitaciones y fallos, con traumas de su vida pasada sin resolver, que le llevaron a actuar mal con sus hijos en muchas ocasiones. Yo hoy le perdono y puedo decir que le quiero muchísimo.

Todos tenemos en nuestro haber de todo, bueno y malo, y lo propia de la obra es intentar convencernos de que sólo hay bueno. Eso simplemente es mentira.

Creo que tú tienes un serio problema con la fijación de no poder ver más que lo bueno de la obra. ¿A qué tienes miedo? Te lo digo en serio. Jose Carlos, si acudes sinceramente a esta web, haz por salir de semejante parálisis o con el tiempo te acordarás de lo que te digo.

Yo también estuve mucho tiempo negando la evidencia (no en cuanto a mi padre sino en cuanto a la obra) y eso pasa factura, te lo aseguro.

Un abrazo con cariño.

Carmen Charo