Tampoco lo inventó el fundador.- Haenobarbo
Fecha Friday, 19 August 2022
Tema 070. Costumbres y Praxis


Nos decía Thelonius Monk en su nota publicada el miércoles pasado El Opus puede derrotar a la Santa Sede: La última línea de defensa que tiene el Opus es conservar la regla “obedecer o marcharse”.

Esto me trajo a la memoria algo que había leído no hace muchos días: una carta (una nota podríamos decir) seguramente escrita por el padre Nadal en nombre de san Ignacio, del que era secretario, dirigida al padre Diego Lainez, por entonces Provincial de Italia -más adelante sucedió a san Ignacio como segundo General de la Compañía- “que procedía acaso con demasiada modestia en su gobierno”.

Podemos imaginar perfectamente, una de esas cartas-nota, escrita por el vice secretario correspondiente, en nombre del Padre y dirigida a del Portillo, a la sazón Consiliario de Italia y que también sucedió al fundador, a propósito de una carta que este le habría escrito, contándole algunos asuntos de la región.

La carta, en la parte pertinente dice:

“.... Acerca de otros particulares que escribe V.R. dice Nuestro Padre que /…/ V.R. use de su autoridad de Provincial con todos sus súbditos, y, sin excepción ninguna, procure que sean todos humildes y obedientes, y no permita ni tolere defecto contrario a esta virtud; y, quien no quiera ser tal, V.R. absolutamente y sin consultar con Roma lo podrá licenciar de la Compañía o enviarlo en peregrinación a Roma; porque la Compañía no puede ni debe tolerar personas que no sean de verdad humildes y obedientes, siendo estas cualidades tan necesarias y tan propias de nuestro Instituto”[1]

No hay pero que valga el que no obedece, a la calle o a lo sumo a Roma, para recibir un correctivo se entiende. A algunos nos sonará el procedimiento.

Y para que no quede duda de que ese era el criterio, “...cuando el padre Juan Blet o Juan Catalán, como le llamaban, molestaba con sus desobediencias en Génova, se le escribía al Rector (el director que diríamos nosotros) estas secas palabras”:

“Acerca de Juan Catalán, V.R. le haga sentir la obediencia y avísele que tiene orden de Roma de no retener en casa hombre alguno que no le obedezca.”2

Lo de obedecer o marcharse tampoco lo inventó el fundador, ya lo ponía en práctica San Ignacio en su Compañía.

Haenobarbo



[1] J.M. AICARDO, Comentario a las Constituciones de la Compañía de Jesús (Madrid, 1919) 734. 2 Ibidem, 726. La negrita en el texto, no es del original.









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