En muchas cuestiones estoy de acuerdo con vosotros, pero reconozco, y espero que no sea una debilidad propia de un “síndrome de Estocolmo”, pienso que la Obra me aportó muchas cosas positivas más que negativas en los 4 años que estuve. Actualmente soy agnóstico, tengo serias dudas en el dogma y la tradición, pero a pesar de todo, tengo mi mente abierta al mundo sobrenatural y me ayuda en mi relación con los demás. Sé que puede desconcertar, pero estoy convencido que hay más personas que tienen una experiencia similar a la mía. La ventaja es que me siento ajeno al resentimiento y a los pensamientos negativos; todo forma parte de mi vida y si así ha sido, así lo acepto.

Gracias a todos y un abrazo fraternal,

Enrique99