Acabo de leer tanto el Motu Propio Ad charisma tuendum como la Carta del prelado al respecto.
Desde mi posición de lector inexperto en Canónico, quiero señalar varias cuestiones que me han sorprendido de la Carta del prelado: a) de igual forma que el valor se espera en quienes están en el ejército, se sobreentiende que el Motu proprio (MP) debe ser aceptado filialmente por el Opus Dei, por sus miembros y por todos. Explicitar esa aceptación filiar, como hace el prelado en su Carta, puede tener distintas lecturas, no todas ellas benévolas (pero como soy bienpensado, pensemos en la benévola de mero recordatorio a los miembros); b) creo que lo más importante del MP es la definición que el Papa hace del Opus Dei y de sus fines, indicando que la santificación se hace “por medio de los clérigos incardinados en ella y con la cooperación orgánica de los laicos que se dedican a las obras apostólicas”. Curiosamente, esta es prácticamente la única parte del MP no citada ni comentada por Ocáriz, lo cual resulta un silencio sospechoso, cuanto menos. ¿Por qué el prelado obvia la parte más esencial del MP y se fija en lo anecdótico?; c) queriendo el Papa resaltar lo carismático sobre lo jerárquico (y de ahí que se niegue en el futuro el acceso al episcopado de los prelados), sin embargo, Ocáriz da gracias por los frutos de comunión eclesial que han significado los episcopados de D. Álvaro y D. Javier. ¿Por qué insiste en que los frutos provinieron de sus episcopados y no de sus acciones carismáticas mientras lideraron la prelatura? Me parece que Ocáriz y yo no entendemos lo mismo cuando leemos el MP, porque creo que él sigue interpretándolo en clave jerárquica.
Escrivá realmente llegó con 100 años de anticipación para ver esta reubicación de un Opus Dei formado por sacerdotes con cooperantes orgánicos laicos en el Dicasterio del Clero, deshaciendo su incursión en la Congregación de Obispos.
En el Opus Dei saben que los papas pasan y que nuevos papas deshacen lo que hicieron sus predecesores.
En todo caso, guste o no, el Opus Dei sigue teniendo futuro y un futuro muy halagüeño por medio de su influencia en la estructura jerárquica de la Iglesia a través de sus sacerdotes.
Además de los miembros de la SSS+ que se hacen tales en sus diócesis, desde 1989 llevan captando seminaristas y sacerdotes en las residencias sacerdotales y seminarios internacionales de Pamplona y Roma. En la página del CARF se dice que desde ese año han formado a 1602 alumnos (supongo que se refiere a seminaristas) y que 122 antiguos alumnos han sido ordenados obispos desde entonces. De los 1602 seminaristas formados, descontando los abandonos, los fallecidos y los secularizados, queda una cifra que desconozco, pero podemos redondear en 1300 (por decir algo). Eso significa que casi el 10% de los sacerdotes que el OD forma directamente en Pamplona y Roma es elegido obispo (probablemente, muchos de estos obispos son miembros de la SSS+ o, cuanto menos, la inmensa mayoría son afines al OD), amén de otros sacerdotes que, sin ser obispos, ostentan puestos de responsabilidad en sus respectivas diócesis y de otros miembros de la SSS+ que se ordenan obispos sin haber pasado por Pamplona o Roma. Este 10% es una cifra mucho más elevada que la existente entre los seminaristas que estudian en seminarios diocesanos, se ordenan sacerdotes y posteriormente son obispos.
En definitiva, el CARF, sufragando gastos de formación e intendencia, ha conseguido que, por ahora, 800 obispos de 131 países (en todo el mundo hay unos 5300 obispos -algunos no dirigen diócesis-, y no sé cuántas diócesis existen) envíen, sin contraprestación alguna, sus mejores alumnos a recibir la formación eclesial de manos del OD para que luego, muchos de ellos, alcancen el episcopado o, al menos, un liderazgo diocesano. Como esa cifra seguirá aumentando con los años, es previsible que en poco tiempo alcancen mayores cotas de poder eclesial de las que ya tienen ahora (un buen grupo de obispos, el cuasi-monopolio en los tribunales eclesiásticos y la infiltración en muchos Dicasterios romanos y Curias diocesanas). A mayor número de obispos del OD, mayores posibilidades de alcanzar el cardenalato; y a mayor número de cardenales del OD, mayor posibilidad de tener un papa del OD a medio/largo plazo, que deshaga lo que otros Papas han hecho, incluido Francisco.
El OD se está desangrando por su falta de laicos célibes, pero sobrevivirá por sus laicos supernumerarios y, sobre todo, por sus clérigos incardinados (numerarios ordenados) y, especialmente, por sus sacerdotes diocesanos de la SSS+ que, aunque son los hijos pobres de la familia, dirigidos convenientemente por sus directores clérigos numerarios, permitirán al OD perpetuarse en las esferas de poder eclesial.
No quiero cerrar mi intervención sin mencionar una noticia que ha pasado desapercibida en OpusLibros y que, sin embargo, está relacionada con la reclamación judicial de exnumerarias auxiliares, aunque algún jurista nos podrá explicar si hay o no similitudes entre ambos supuestos. La noticia se refiere al proceso judicial abierto por la judicatura francesa contra la familia misionera Donum Dei por emplear jóvenes sin seguridad social, en jornadas interminables de trabajo, aislándolas del mundo exterior y con acompañamiento en sus visitas médicas, entre otras situaciones incomprensibles desde la justicia humana y cristiana.
https://www.religiondigital.org/mundo/familia-misionera-donum-dei-francia-explotacion-abusos_0_2466053374.html
Sonido
