Pedir perdón. Es algo relativamente simple. Solo hay que desearlo. Inclusive ni siquiera hay que sentirlo. Alcanza con expresarlo. Además, es de buena persona reconocer errores que causaron daño a otros y pedirles, simplemente, perdón. Es algo cristiano. El sacramento de la Confesión es eso: pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido con nuestras malas acciones u olvidos. Para eso normalmente se hace un “examen” previo – así lo enseñaban en el Opus Dei – para "descubrir" (como si uno no lo supiera) esas ofensas y pedir, nuevamente perdón.
Pedir perdón incluye la intención de mejorar, de no querer repetir lo que se hizo mal y de poner algún medio para evitar que eso que ofendió vuelva a suceder. Y si sucede, se pide perdón nuevamente. No es vergonzoso pedir perdón. Por el contrario, es un acto de reconocimiento y de valentía. Se pide perdón por cosas objetivas que uno hizo que lastimó a otros. Se pide perdón por lo que uno hizo, no por lo que el otro sintió. Lo que los demás sienten por nuestras acciones, es algo imposible de medir. Pero si uno sabe que hizo algo mal, aunque la persona ofendida ni se haya enterado de la ofensa, igual pide perdón. Por eso pedir perdón por “si ofendí a alguien” o “si alguien se sintió ofendido con tal acción” no es reconocer un error, sino simplemente poner el error no en la conducta propia, sino en la susceptibilidad del ofendido. Los soberbios y los cobardes nunca piden perdón, ya que creen que nunca se equivocan y si lo hacen tienen miedo de reconocerlo.
Y aquí es donde el Opus Dei demuestra toda su soberbia y cobardía. Ellos creen que no se equivocan. Saben que sí, pero tienen miedo de reconocerlo. No piden perdón a pesar de haber abusado objetivamente de miles de personas - baste ver los videos de las 43-.
Arman comisiones para investigar si cometieron errores, como si no lo supieran. No reconocen el daño que causaron. No reparan. No hacen algo tan sencillo y cristiano como pedir perdón. Un perdón real. No un perdón que dependa de la “sensibilidad” del ofendido, sino de la objetiva conducta dañina del ofensor. ¿No sería mucho mejor para el Opus Dei reconocer sus errores institucionales, pedir sincero perdón y reparar? ¿No es eso mas cristiano? Quien no reconoce sus errores, difícilmente pueda mejorar. Quizás, simple y sencillamente es eso lo que le pasa al Opus Dei. Raro (¿raro?) que nadie de los de “adentro” lo haya pensado: reconocer errores y pedir perdón. No es tan difícil.
El pedir perdón libera y nos hace mejores. Mas humanos, más valientes y más parecidos a Jesús. Casi nada. Recomiendo al Opus Dei que lo intente. No se van a arrepentir de eso.
NoEntiendenNada
