MATRIX es una película de ciencia ficción estrenada en 1999, que se ha convertido en referente cuando se habla de vivir ignorando la realidad, o cuando se elige, voluntariamente, vivir en un mundo paralelo que no tiene nada que ver con la realidad, con el mundo real. La expresión “vive en MATRIX” se ha incorporado al vocabulario común para indicar que alguien vive en un mundo imaginario, inventado, hecho a medida y alejado del mundo real.

El prelado visitará la delegación del Noroeste en julio. Y con este motivo, en los medios de formación y en la dirección espiritual de los miembros, se dice y se repite que “hay que hacerle un regalo al padre, y el mejor regalo es un buen puñado de vocaciones de numerarias, numerarias auxiliares, agregadas y supernumerarias”.

Decir esto en mayo de 2022, sin rubor y sin empacho, significa vivir en una realidad paralela, significa vivir en MATRIX. Habrá tertulias, me imagino, y como las que quedan son las que son, para evitar ver locales medio vacíos, viajarán de un lugar a otro para hacer bulto y que Ocáriz solo vea caritas sonrientes y “alegres”. Seguimos en MATRIX.

Sería mejor, en mi opinión, que la directora de la delegación le dijera a la secretaria de la asesoría que comunicara a la secretaria de la asesoría central que le comentara al sacerdote ya de una cierta edad y poco agraciado, para evitar tentaciones, y que actúa como enlace entre el prelado y la sección femenina (no me he saltado ni un solo paso), que quiere ver al prelado, y cuando lo tuviera delante dijera, con todo el respeto del mundo y con toda la sinceridad de la galaxia, “Padre, esto no funciona, esto no funciona ni empujando para atrás”.

Después podría matizar: hay más enfermas que sanas, la vida en los centros es insufrible, la media de edad sube a velocidad de vértigo y no hay reemplazo, más que no haber vocaciones es que quien puede se larga, y quien se queda, en un porcentaje muy elevado, es porque no tiene dónde ir. Estas serían afirmaciones poco agradables, cierto, pero por lo menos reflejarían la realidad, por lo menos sería un paso fuera de MATRIX.

¿Qué se gana llenando locales para que el prelado no los vea vacíos? ¿Qué se gana disfrazando una realidad dura, negativa y triste, cuya única virtud es esa, ser la realidad? ¿No es mejor decir la verdad, aunque duela, aunque no guste?

Aplicar soluciones efectivas pasa, imperativamente, por mirar a la verdad a los ojos, reconocerla y aceptarla. Pasa por dejar de vivir en MATRIX.

Mediterráneo

"Las cosas que aquí se ven / ni los diablos las pensaron"- José Hernández, Martin Fierro.