El Opus en el tunel.- Thelonius Monk
Fecha Monday, 25 April 2022
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


 

EL OPUS EN EL TUNEL
Thelonius Monk, 25/04/2022

 

 

La lista de errores de comunicación que viene cometiendo el Prelado y su Secretario son notables. Comencemos por el imprudente comunicado del 19 de marzo de 2022 emitido el mismo día en que se publicó la “Constitución Apostolica Praedicte Evangelium”. Solo una institución que vive en un formidable aislamiento puede dirigirse a los curtidos funcionarios del Vaticano en términos tan poco cuidadosos. Luego la alambicada carta de Mons. Ocariz, y por último el envío de canonistas del Opus a intentar demostrar que el mundo es plano. El estilo confrontativo (demasiado escrivariano) no es buen consejero en situaciones en las deben primar el tacto y la mesura. Mi sugerencia al Prelado: contrate un equipo de comunicación externo...



Alguien de afuera hubiera recordado al P. Arrupe. Cuando S. Juan Pablo II intervino la Compañía de Jesús el P. Arrupe guardó silencio y con él la Compañía. Fue un gesto prudente y respetuoso. Transcurrido poco más de un año S. Juan Pablo II se dio cuenta que la información que le habían acercado no era totalmente veraz y levantó la intervención. Recomendación para navegantes: no olvidar la enseñanza de la Compañía en un futuro próximo.

Con posterioridad se publica en esta web (18.04.22) un comunicado de la oficina de prensa de Argentina referido nuevamente al problema de las cuarenta y tres ex numerarias auxiliares. ¿Es creíble que mantengan vivo un conflicto laboral durante tanto tiempo como si fuera la negociación de un tratado de reducción de armas nucleares? Es cuestión de pagar, pedir perdón y cerrar la cuestión. Sin embargo, siguen dando vueltas con el caso de las nax que –en esto acierta el comunicado pero a contrario sensuva más allá de lo legal porque están involucradas razones de justicia, equidad y, fundamentalmente, por caridad algo que el Opus suele olvidar.

En este punto otra sugerencia para el Prelado, su secretario y su consejo: vean la segunda temporada capítulo tercero de la serie irlandesa Striking out” (Acorn TV). Una monja deja su congregación después de treinta y cinco años por ruptura del contrato moral por parte de la orden. El final es católico. Arroja una luz poderosa sobre el trato con los que se fueron. Deberían hacer un congreso sobre el tema.

Sería ingenuo por parte del Prelado y su Secretario pensar que a los de afuera nos “faltan datos”; eso es ignorar –entre otras cosas- que existe whatsapp. Pero el comunicado da para más. Dice lo siguiente: “Reconocemos que en la sociedad y, por tanto, también en la Iglesia y el Opus Dei, ha habido un aprendizaje”.

La Iglesia y el Opus son dos palabras que solo excepcionalmente pueden estar en el mismo renglón. El perfecto desastre de las cuarenta y tres auxiliares es de autoría exclusiva del Opus. Pretender compartir la responsabilidad con la Iglesia es desleal e infantil. ¿Qué tiene que ver la Iglesia con el maltrato laboral que diseñó el Opus?

Es cierto que la Prelatura ha descendido del glamuroso Dicasterio de los Obispos –su emplazamiento allí solo se entendía por un marcado favoritismo- para pasar al populoso Dicasterio del Clero como una institución más de carácter clerical. Es lógico, entonces, que el Prelado y su Secretario necesiten tiempo para procesar el hecho y prepararse para lo que viene.

Pero también esto tiene su explicación; entonces se pasa de una mala comunicación a las cuestiones de fondo del Opus. En esta web hay abundantes estudios al respecto comenzado por los escritos pioneros de Ruiz Retegui que mantienen plena actualidad.

En la vieja URSS se daba por sentado que los ciudadanos nunca querrían salir de allí; como decía con sorna un viejo disidente los ciudadanos se habían convertido en el Homus Sovieticus. Un sujeto que nunca se opondría a las autoridades y mucho menos imaginaría la posibilidad de cambiar el sistema.

Un numerario/a, incluidos los sacerdotes, carecen de los recursos intelectuales para plantear cambios sustanciales. Fueron educados en la regla “obedecer o marcharse” llevada a extremos absurdos como el “derecho de no tener ningún derecho”.

En este contexto los numerarios/as están incapacitados de plantearse problemas tales como el ejercicio de la autoridad, los límites de la obediencia, la libre elección de un acompañante espiritual, una cierta desmitificación del Fundador, abrir el libre contacto entre los miembros etc.   

Antes del Concilio se alzaban voces contra una suerte de legalismo religioso que momificaba a las organizaciones de la Iglesia en contra de la vitalidad de los carismas.

En la tensión carisma/institución Escrivá optó por lo segundo precisamente en uno de los puntos que el Concilio quiso superar. Como garantía de continuidad en el error eligió a sus dos sucesores.

Desde entonces el Opus se encuentra en un túnel que Del Portillo selló de una manera tan poco teológica como prudente y agregó, además, una maldición. Un túnel del cual el Opus todavía ni siquiera sabe que está como no lo sabía el “homus sovieticus” hasta que descubrió la libertad luego de un largo y doloroso proceso.

Thelonius Monk

 







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