Me agrada, María, responder tu carta “Reclutamiento” del día 28 en OpusLibros porque me recuerdas en cierto modo a mí mismo. Empecé a ir por un centro del Opus Dei en enero de 1973, en Madrid. El mes anterior había cumplido 17 años, los mismos que tienes tú. Después de seguir durante ese año los mismos pasos que tú describes en tu carta (y no cortar) en el mes de noviembre me plantearon ser del Opus Dei y terminé entrando en diciembre de ese año, unos días antes de cumplir los 18.

Pides opinión acerca de cómo actuar...

No te puedo dar una receta estándar, entre otras cosas porque no conozco el ambiente ni la normativa jurídica de tu país. Lo que sí te puedo decir es lo que yo haría contando con la experiencia que tengo de la vida, y la idea de que los problemas se solucionen lo más pronto posible para evitar que nos martiricen en el tiempo. Es decir, si esto me pasara a mí y en España en el momento presente, yo llevaría a cabo la siguiente acción drástica.

Quedaría con esa chica que te persigue y sin que tenga posibilidad de “preparar” la conversación, y sin previo aviso, presencialmente y a solas en la calle, le diría más o menos esto, de buenos modos pero con contundencia y sin mostrar la más mínima duda: “Fulanita, por razones que no tengo por qué manifestarte, quiero decirte que no voy a seguir yendo por ese centro del Opus Dei. Esto no es una propuesta, sino una decisión ya tomada y sobre la que no pienso dialogar con nadie porque atañe a mi conciencia. En cuanto al número de teléfono móvil mío, ahora mismo, en mi presencia, quiero que lo borres de tu celular, y te recuerdo que es un dato de carácter personal, por lo que te advierto que como vuelvas a hacer uso de él, ya sea para llamarme o ponerme un mensaje o para difundirlo a otras personas, te denunciaré ante los tribunales por acoso y por invadir mi intimidad, con el agravante de que soy menor de edad (esto no se si es así en Brasil; en España la mayoría de edad es a los 18 años). Haz el favor de comunicar esto mismo a las directoras del centro para que me dejen en paz y no vuelvan a contactar conmigo para nada. Estás advertida de esto por primera y única vez”.

Esa chica tiene toda la apariencia de que no es amiga de verdad, sino que simplemente está haciendo burdo proselitismo contigo, pero que ni le importas ni le importarás en el momento en que estés en el “talego”. Desde el momento en que tengas esa breve conversación con ella, te dejará en paz seguramente. Si no de dejara en paz, le diría lo mismo pero por escrito y mediante correo certificado con acuse de recibo. Si aún así no te dejaran en paz, ponte en contacto conmigo a través de OpusLibros y vemos un poco con detalle el modo de actuar. Te digo esto porque no conozco cómo se funciona en tu país. De todas formas, creo que lo que te digo te irá bien porque con la situación que tiene el Opus actualmente no creo que te busquen con tanto ahínco como para seguir adelante, si perciben que ello les va a dar problemas judiciales.

Voy a terminar copiándote una letra de los Beatles, en concreto de George Harrison, que viene muy a cuento de tu caso y del mío. Es del año 1968, While my guitar gently weeps:

Os miro a todos vosotros,

veo el amor que hay ahí durmiendo,

mientras mi guitarra llora suavemente.

Miro al suelo y veo que necesita que se barra, 

aún así, mi guitarra llora suavemente.

No sé por qué nadie te dijo

cómo desplegar tu amor.

No sé cómo alguien te controló,

te compraron y te vendieron.

Miro al mundo y me doy cuenta de que está girando,

mientras mi guitarra llora suavemente.

Con cada error, es seguro que debemos aprender, 

aún así, mi guitarra llora suavemente.

No sé cómo fuiste desviado, 

también te pervirtieron.

No sé cómo fuiste invertido,

nadie te avisó.

Miro entre bastidores la obra que estás interpretando,

mientras mi guitarra llora suavemente

mientras estoy aquí sentado,

no haciendo otra cosa más que envejecer,

aún así, mi guitarra llora suavemente.

Estás en lo mejor de la vida, tienes toda la vida por delante. Yo di en diciembre de 1973 ese paso que me metió en una mentira durante 42 años. Gracias a Dios salí del Opus Dei en 2016 y ahora soy muy feliz. No me cambio por nadie, pero la verdad es que si además de ser verdaderamente feliz desde 2016 lo hubiera sido en los 42 años anteriores, no estaría nada mal…

No se trata solo de ser aparentemente feliz, sino de ser feliz de verdad; no se trata de pensar que tienes una familia, el Opus, sino de que tengas DE VERDAD una familia que de verdad te quiera y los quieras. De verdad, incondicionalmente, que es como se ama en el ámbito familiar, y no como en el Opus, en donde hay apariencia de amor pero no hay amor, porque hay condiciones institucionales.

Por último, quiero decirte que no tienes por qué pedir disculpas por expresarte en portugués. Aquí en OpusLibros somos gente abierta y cada cual se expresa, siempre que se respete a los demás, con libertad. Como veo que todos tenemos el traductor de Google, te remito esto y ya tú lo traduces.

Un abrazo.

Antonio Moya Somolinos