Más sobre las caretas del Opus Dei.- Tuces
Fecha Friday, 11 March 2022
Tema 077. Numerarias auxiliares


Pasó el carnaval y me imagino que algunos, siguiendo con la práctica de la religión católica habrán asistido el Miércoles de Ceniza a la imposición de la misma, dando con esta ceremonia comienzo a la Cuaresma y para otros habrá sido un día más. Esto me llevó a reflexionar, porque es algo que me suelo preguntar, ¿Cómo era la Fe en el Opus Dei? Y sin más paso a dejar mi opinión, lo que yo llamaría: la máscara de la Fe Inquebrantable en el Opus Dei...



Eso nos decían, que la nuestra era una Fe ¡inquebrantable! ¿Qué pasó con la Fe que estando en la Obra nos decían tener? ¿Cómo es posible que una vez dejado el Opus Dei muchos dejen de practicar, frecuentar, asistir y recibir todo lo relacionado a la religión católica? De un día a otro unos ya no creen en Dios ni en la Iglesia. Quizá algunos pasen a creer en el Universo, en la madre tierra, etc., o en no creer en nada. Respeto todo tipo de creencias y religiones, no soy quién para juzgar, solo me sorprende y lleva a cuestionarme qué clase de Fe es esa que desaparece de un día a otro. La respuesta que encuentro es que la Fe en el Opus Dei es muy superficial, muy de boca para afuera, muchas partes de rosarios, mucha repetición de santo y seña cuantos más mejor, jaculatorias al abrir y cerrar las puertas, miradas rutinarias a la Virgen, esas genuflexiones rápidas… pero poco profundizar en quién, qué y cómo es Dios y en cómo nos ve El. Mucha oración con libros de meditaciones y poca meditación en la oración, mucho usar el misal al asistir a Misa, el cuidar las posturas, las persignaciones, pero poco tomar consciencia de lo que realmente sucede en cada Misa… Lo triste es que al Opus Dei en realidad no le importa el trato con Dios, si nuestra fe se va consolidando o no. Hasta en esto nos traiciono el Opus Dei, no fueron capaces de formar almas de Fe como se vanagloriaban que lo hacían.

Ya se sabe lo que les interesa: el trabajo y si lo podés hacer gratis. Las nax por ejemplo o si trabajas afuera, los numerari@s que traigan el dinero a "casa". Eso, de casa de familia no tiene nada, basta con leer a Gervasio y reconocer, aunque cueste aceptar porque nos decían que no teníamos nada que ver con los religiosos, que la vida en un centro de mujeres del Opus Dei siempre fue y sigue siendo, con muy pocos cambios, conventual, monacal. Y estoy casi segura de que era Somolinos quien decía en uno de sus escritos, hablando de los numerarios, que eran algo así como "monjes urbanos". Qué chocante suena pero era la realidad que vivíamos y no la podíamos ver.

Paso a otro tema: La máscara del Buen Pastor que cuida de las ovejas, que va por delante, la lleva en sus hombros si esta lastimada. Eso decía el fundador que eran l@s director@s, los sacerdotes y las personas asignadas por el consejo local para escuchar las charlas o confidencias. Yo recuerdo solo una directora, que fue la primera que conocí, que para mi era una persona profundamente humana, con corazón de madre y no solo conmigo, comprensiva, yo la veía enamorada de DIOS. Para enseñarme a hacer oración, cuando estábamos solas, ella la hacía en voz alta y me decía que si yo quería, así podría tratar a Dios, como a un ser amado. Me sentí siempre comprendida por ella. Me enteré que falleció hace unos meses y le pido a Dios le de paz a su alma.

Como contraste coincidí con una directora "cofundadora", parece que este título la dispensaba de eso de "siempre alegres para hacer felices a los demás", ya que tenía un gesto adusto, por no decir amargo, avinagrado. Me parecía que le gustaba infundir miedo so mascara de respeto. De hecho, a mí me incomodaba. Recuerdo mi primer curso anual recién llegada a Roma, donde esta persona era la directora y mi encargo era: arreglos florales. Le pregunté dónde estaban las flores y me contestó que me las tenía que rebuscar, a lo que me puse a explorar la zona, lo único que encontré en la entrada de la casa fueron unas plantas de malvones, aclaro que en mi país esa planta crece hasta en los basurales, sé que no son para floreros por el tallo muy corto pero armé unos hermosos floreros llenos de vida porque eran de varios colores y uno puse en el living. Yo contenta con mi arreglo pero cuando llega la directora a la tertulia, en esa época nos poníamos de pie cuando entraba la directora, casi me fulmina con la mirada. Yo no entendía el porqué. Al terminar la tertulia me llamó a dirección y me hablo de los continentes, de las estaciones, de la poca imaginación que tenía. Tendría que haber buscado ramitas y armar los floreros. Yo le dije que en mi país íbamos al mercado de flores o comprábamos en el puesto de la esquina un ramo para el oratorio y otro para el living. Estaba furiosa porque corté las únicas flores que había y yo le decía que como esas flores crecen hasta en la basura, no le di importancia. Peor se ponía, ¡qué disgusto le di! Si me hubiera dicho de entrada, cuando le pregunté, se hubiera ahorrado semejante disgusto. Yo sentía que siempre me ponía a prueba. Para colmo tenía que hacer la charla con ella y ni la visión sobrenatural me salvó. Un día le dije que no tenía mucho que decir en la charla, que si ella me quería preguntar algo, a lo que dijo que en la charla uno es el que tiene que hablar, así que me dio un consejo y a otra cosa mariposa. Me pregunto ahora, ¿eso sería guiar a las almas?

O como otra directora que me preguntó cómo hacía cuando servía el comedor de la residencia, ya que los tenía a todos ahí, porque algo comenté del cuidado de la vista. Me sorprendió y me molestó, ni que fuera mirando a diestra y siniestra buscando hombres. Si acaso me gustaría uno, no todos… Eso sí, esta persona le mandaba saludos conmigo a un sacerdote que conocía de antes por ser amigo de la familia ... y el sacerdote hacía lo mismo con ella. Si lo hacían ellos estaba todo bien y a mí por algo mucho más chico, sentía que me catalogaban, me humillaban. Acá estaría bueno decirles a las directoras: ¿Por qué no nos sacamos las caretas? ¿No estarás proyectando en mí tus deseos? De hecho siempre me llamó la atención que pocas veces vi a una directora pasar al confesonario por la mañana, antes de Misa, Sé que sentimientos muchas no tenían pero al parecer ni sangre corría por sus venas, nunca una tentación, un consentir, ellas eran perfectas! Y no me refiero a la pureza, hay virtudes más importantes como La Caridad, y he visto auténticas faltas de caridad en algunas directoras, humillaciones, denigraciones encubiertas con una sonrisa de complicidad, ataques de ira con sus "hermanas" y para mí esas cosas sí ameritaban pasar por el confesonario, con verdadero arrepentimiento antes de Misa. En fin. Y decían que eran el Buen Pastor.

La confesión da para otro capítulo. Me imagino a los pobres sacerdotes estar horas sentados de manera incómoda, con la cabeza a un lado y escuchar: “Me acuso de haber descuidado las miradas a la Virgen!... Sería como para rasgarse la sotana y decir ¡no me vengas con tonterías! A ver la caridad, templanza, fortaleza, Fe y ahí le ayudaría a hacer un buen examen. Y no como me contó una que se fue a confesar muerta de vergüenza y dijo "sentí sensaciones extrañas en mi cuerpo". Le pregunté ¿y te absolvió? Sí, me dijo. ¿Y qué pecado sería eso? le dije. Y ella me contesta: ¡contra la pureza!!¡... Qué fariseo todo y qué manera de dar vueltas las cosas en el opus Dei, dar importancia a las pequeñeces y a las importantes tenerlas como detalles. Y nos hacían creer que nuestras confesiones eran de almas delicadas, que afinan los detalles. Yo diría: ¡los detalles ridículos! y se tragan auténticos camellos: las Virtudes, entre ellas y la más importante, la Caridad.

¡Tengo ganas de decir unas cuantas cositas más pero suficiente por hoy! Gracias Agustina por tu cariño y el espacio para poder expresarme. Hasta luego

Tuces.







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