Nuevamente Gervasio genial. En su escrito El Opus Dei como prelatura personal da en la tecla de dos problemas gravísimos, basales, que fundamentan toda la estructura de pecado.
1) La mentira, promovida, sostenida y consciente desde la cúpula y en toda la línea. ABSOLUTAMENTE INEXCUSABLE.
2) Lo mismo cabe predicar, añadiendo la nota de dolosa y pertinaz, desobediencia y desprecio al Papa y a toda autoridad eclesiástica.
Gaucho Matrero