Apreciado Gervasio:

Entenderás la estructuración y la pesadez porque soy cuasi-asperger, lo que significa seguir una estructura mental formalizada y rígida (entre otras cosas). Un caso extremo era el protagonista de la serie de “Big bang”.

Un motivo esencial por el que fiché por el Opus fue porque me convenció el programa y el tono del discurso “amar apasionadamente el mundo” del libro conversaciones. Era el programa de las promesas. El de las realidades, lo descubrí en tres años de militancia. En el cuarto, la puntilla final fue la lectura de “meditaciones” del padre Escrivá que escribía “que si no pasáis por mi cabeza no tenéis a Cristo” (las citas son de memoria, no literales). Mi sorpresa y rechazo fue mayúsculo y mi reacción fue “hasta aquí hemos llegado” (realmente la confirmación que aquello no era ni lo esperado, ni lo querido).

La auto-pregunta de un compañero mío de curso de colegio y que fue de la Obra 20 años -al verlo después- fue “no entiendo (se sobreentiende “visto lo visto”) por qué me hice del Opus Dei”. Esa pregunta del por qué?, expresada por un hecho conocido solo de oídas y sin saber de qué va (el timo de la estampita), me ha interesado. Seguro que hay muchas perspectivas -todas ciertas- para explicarlo. Tu enumeras algunas “macro” de carácter sociológico. Correcto. En el libro de Jesús Ynfante se contesta con la identificación existencial del perfil del clerical-autoritario. Una versión más afinada, y psicológica, es la obra de “Clérigos, el psicodrama de un ideal” de Eugen Drewerman, una psicología relativa a los “funcionarios/as de Dios”. Parece que, en muchos casos, la teoría de Drewerman funciona. En fin, que la pregunta iba más por las motivaciones psicológicas.

Diría que la pregunta -ciertamente difícil de contestar- no es habitual. Y sin embargo, me parece muy pertinente para nuestra intimidad.

Cordialmente

Salvador