Datos importantes los que nos proporciona Stoner (20/Dic/2021). En su escrito queda demostrada una vez más la mentira en una cosa tan objetiva como el número de socios y cooperadores orgánicos.
En 1975, pregonaban a los 4 vientos que eran 60.000 y, casi 50 años después, reconocen que eran 32.000. He utilizado el verbo "reconocer", no me he equivocado ni es el primer verbo que me viene a la cabeza para articular la frase. El Opus Dei reconoce su mentira y trata de remediarlo escribiendo el dato correcto en un libro "no oficial", de esos que son pero no son, como los colegios de Fomento. De esta forma cuando algún periodista o historiador vaya a reclamarles algo, simplemente se le remite al susodicho libro.
Es curioso que ambos autores han subrayado en diferentes entrevistas publicadas por webs afines al Opus Dei la independencia de su investigación así como la aplicación de la metodología histórica del estudio de la institución. Como dice el refrán castellano: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Todos los lectores asiduos de esta web así como los directores y numerarios con un poco de mili, sabemos que ese libro se ha escrito, supervisado, editado, orientado, dirigido, (o el participio que cada uno quiera poner) desde Villa Tevere. Parecido a la película de los dragones.
Volviendo a las cifras, hoy dicen que son 93.000. No sería descabellado pensar que apenas superan los 45.000.
Tras leer a Stoner estuve pensando el por qué, ¿qué necesidad de mentir en una cosa tan objetiva como los datos? Por supuesto que los aires de grandeza, así como todo lo majestuoso, los apellidos largos, las casas de verano, las rúbricas, etc., han estado desde los inicios acuñadas a fuego en el espíritu y modo de hacer del Opus Dei y así lo han manifestado siempre hacia el exterior.
Pero hoy en día el Opus Dei está haciendo muchos esfuerzos en la comunicación interna, es decir, hacia sus socios y cooperadores orgánicos, unas 45.000 personas en todo el mundo y una edad media 20 años superior a lo que eran a primeros de siglo, porque apenas pita gente, y cada vez son más los que marchan o van muriendo por ley de vida.
Hace poco me comentaba un ex, con 40 años en el Opus Dei, cargos y cargas internas incluidas, el poco ambiente de familia que se respiraba en su último centro del que era el director. Del desánimo y desaliento de los que allí vivían. Y ese centro no era uno de pequeña capital de provincia en el que viven 4 dinosaurios, sino un centro de los clasificados como top, esos en los que viven antiguos directores de delegaciones y comisiones, supernumerarios con BMWs que no fallan a un retiro mensual, cooperadores que van la charla y luego te invitan a jugar a golf, además de ingresar puntualmente cierta cantidad de dinero en la Fundación correspondiente.
En Villa Tevere son conscientes de que el barco se hunde y que el desánimo impera en los pasillos kilométricos de aquellos centros en los que hace unos años vivían de 14 a 18 numerarios y hoy apenas tienen la mitad de ocupación.
En Roma es muy importante dar una imagen de organización fuerte a sus propios miembros y simpatizantes. Creo que este es el verdadero objetivo de este libro y de muchos otros esfuerzos realizados desde la Ciudad Eterna.
¿Qué opináis, queridos lectores?
Hilario
