Ya es oficial: 24 nuevos diáconos el próximo sábado, que serán los sacerdotes ordenados en el 2022 por el Opus Dei.

Como curiosidad, este año el obispo elegido es el de Cuenca (España), de la sss+. Para estos asuntos sí interesa decir y subrayar que son del Opus Dei ("de Casa", como se dice en la jerga interna), cuando hay casos –horribles y muy dolorosos- de otros obispos como por ejemplo, el de G.M., en Perú, donde se dice que "no ha estado nunca incardinado en el clero de la Prelatura del Opus Dei. Por decisión propia, durante unos años, recibía asistencia espiritual de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, de la que formaba parte". Es admirable y magnífico el uso del lenguaje y de las figuras literarias.

Volviendo a los 24, ¿Dónde quedan aquellas promociones de 40 o casi 50 ordenandos a finales del siglo pasado? ¿O aquellas de 30 o casi 40 ordenandos a principios del presente siglo? Estas cifras confirman aquello escrito por Antonio Moya.

Más del 50% de ellos son españoles, es lo que queda. No quiero juzgar ni revelar historias personales de algunos de ellos, pero la verdad que viendo la lista, sorprende bastante que alguno haya sido propuesto al sacerdocio. Porque todos sabemos que en el Opus Dei es el Padre quien con un "por favor, que es el mandato más fuerte", propone la ordenación y todos lo que ingresan en Cavabianca le prometen en sus primeros días, disponibilidad total. Hay abundante literatura en esta web sobre las venturas y desventuras de la vocación al sacerdocio en el Opus Dei.

También hay que indicar que otros candidatos son personas excepcionales, buenas, humildes, trabajadoras, que se desviven por cada persona que se encuentran en la vida. Mi admiración por todos ellos.

Volviendo al tema de las ordenaciones, estas solo confirman que el barco se hunde y que los nuevos sacerdotes no cubren las bajas (fallecimientos, excardinaciones y salidas) del año, más de 50 el año pasado y veremos cuántas son este año 2021.

Hilario