Leo aquí de vez en cuando algunos escritos de ex opus hablando sobre las numerarias a auxiliares (nax para abreviar) en la que intuyo un tono de condescendencia algo molesta.
En algunos casos, estos escritos dejan entrever sutilmente que para algunos siguen siendo “las hermanas pequeñas”, las criadas que durante su permanencia en el opus les prepararon y sirvieron las comidas, les asearon la residencia, les lavaron y plancharon la ropa y les tomaron los recados. El tono con el que algunos se refieren a ellas es como si las ‘pobrecitas’ salieron de la obra a un mundo desconocido y que en su inocencia, cualquiera las podría hacer víctimas de todo tipo de abusos.
Conocí a muchas de ellas fuera de “casa” y ninguna me pareció un alma perdida a merced de cualquier tipo de depredador. Cuando escribí la serie “Esclavas de los hombres por vocación divina”, muchas me contaron su historia tanto dentro como fuera del opusdei y sólo podría decir de una sola entre decenas, que se ajusta a esa imagen de mujer inadaptada al mundo actual y esos problemas los tenía desde antes de entrar a la obra. Todas las demás son mujeres hechas y derechas que pudieron rehacer su vida perfectamente y se adaptaron a su nueva realidad sin demasiados problemas. En su inmensa mayoría lo han hecho mucho mejor que varias (y varios) ex numerarias, agregadas y supernumerarias.
El tono machista que algunos utilizan para referirse a las nax está totalmente fuera de lugar porque casi todas ellas han demostrado que tienen mucho más valentía que otros que sólo la presumen dándoselas de eruditos en el tema pero que en realidad no saben nada del asunto. Es imposible saber a ciencia cierta lo que vive una nax si no eres una de ellas por muy cerca que estés. Por lo tanto, escribir sobre ellas de otro modo que no sea transcribir sus experiencias es echar peroratas inútiles.
Las 40 ex numerarias auxiliares de diversos países de Sudamérica son un magnífico ejemplo de lo que digo: ellas se juntaron, se pusieron de acuerdo, consiguieron quién las asesorase, hablaron con todo aquel que pudieron y su denuncia ya está en los tribunales correspondientes de la Santa Sede. ¿Cuántos grupos de ex sacerdotes, ex numerarios, ex numerarias, ex agregados o ex supernumerarios lo han conseguido?.
Zartán en su último escrito lo ha dicho tal cual: “La compasión no resuelve nada en los tribunales ni civiles ni canónicos”. Así que es dejarse de lamentaciones y de victimizar a todo aquel de la condición que sea por lo tanto que sufrió ahí dentro y mejor proceder o ayudar a hacerlo jurídicamente, alegando los abusos canónicos y civiles cometidos por el opusdei, porque los traumas que deja la obra, tampoco se resuelven en ningún otro sitio que no sea el consultorio de un psiquiatra. Y si no se puede ayudar, hacer lo que solía decir mi abuelita: “Mucho ayuda quien no estorba”.
Dicho lo anterior, mucho me gustaría que todo aquel que aún piense que las nax son las hermanas pequeñas, las inocentes a quienes se les puede engañar fácilmente, y que en el fondo siguen siendo las criadas que alguna vez fueron, se detengan a pensar que todas ellas, que dentro lo pasaron peor que cualquier numeriari@, agregad@ o supernumerari@, que salieron en peores condiciones que la mayoría de las otras vocaciones, casi todas han superado el trauma opusino muchísimo mejor que los señoritos y las señoritas que alguna vez atendieron y que deberíamos tomarlas como ejemplo antes de andar opinando sobre cualquier cosa referente a ellas fingiendo ser eruditos en un tema del que sólo conocen muy poco y ese poco conocimiento es muy discutible.
Saludos.
Salypimienta.
