Los que siguen dentro.- Madurez
Fecha Friday, 05 November 2021
Tema 010. Testimonios


Muy ilustrativo correo sobre esos dos "in" que he leído.

Yo veo de vez en cuando a in, a esos numerarios que siguen y seguirán dentro porque a su edad y circunstancia, por muy asegurado que tengan las lentejas dentro..., ¿qué van a hacer fuera? Fuera, donde son bichos raros. Me reconocen que tuve valor al irme, bueno eso no es valor, no lo fue, fue preparar la salida y tener todo claro. Y jamás me he arrepentido y más viendo sus vidas sin unidad de vida, vegetando. Pero son buenas personas que me aprecian, que sé que me quieren. Nunca he hurgado en sus heridas, sería cruel e inoportuno. Pero las tienen y muy profundas y en carne viva.

La Obra no es el mejor sitio para vivir, nunca lo fue. Cuando lo ves, te marchas. Frisan los sesenta, ya no hay vuelta atrás, los motivos los sacáis vosotros y son obvios. Sus trabajos profesionales fuera de la Obra son su escape, pero son bichos raros. Los he visto en alguna boda, eventro profesional y al calor de una comida o de una cerveza. Te cuenta que la Obra no funciona, que los centros se vacían y están habitados por fantasmas. Y escuchas y sin vacilarles, sería cruel, les digo que mi vida es satisfactoria y que en mis hijos he encontrado por qué dar la vida. Punto. Y hablamos de muchas cosas. Hasta he invitado a alguno a comer a casa y muy bien.

Este mundo es un lugar de paso, pero hay que pasar por lo tuyo, no por lo de alguien de Roma o la Comisión que ni siente ni parece. Siento pena, mucha pena. Nada más terrible que una vida vacía y seguir "a vela" hasta que todo se pare. Algunos son personas que hubieran triunfado en la vida social y familiar, cualidades tenían, pero...

Uno me decía que menos mal que tras cometer el error de ir al Colegio Romano no se ordenó. Y sé de un par de curitas que siendo ya diocesanos, fuera de la Obra, han visto que ser sacerdote es algo muy grande y maravilloso. Os lo podéis imaginar.

"¡Qué bien se está!", exclamaba en una tertulia de Argentina Escrivá sobre lo del mejor sitio para vivir y para morir. Sería usted, monseñor, que reinaba sobre una pila de muertos como un rey cruel de civilizaciones terribles.

Os ayudaremos, in que nos necesitáis, no para que os vayáis, porque es imposible, sino porque la caridad de vuestros ex no conoce límites y la empatía es cósmica. Aquí nos tenéis.

Un abrazo.

Madurez









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