Para Despistado, Soleado y Zartán.- Gervasio
Fecha Wednesday, 20 October 2021
Tema 077. Numerarias auxiliares


Despistado —se ve que no lo estás tanto—, porque eso de mencionar el trabajo en alemán, eso del Arbeit, lo puse para evocar efectivamente a Hitler que valoraba el trabajo tanto o más que $anjosemaría, para quien hay que santificar el trabajo, santificase en el trabajo, santificar a los demás mediante el trabajo. Y luego está lo de Opus Dei y operatio Dei y lo de ut operaretur. Trabajo lo mires por donde lo mires.

Ya en una colaboración anterior, Visión fascista y visión sobrenatural, mostraba muchas similitudes entre una visión fascista de la realidad que nos rodea y esa peculiar visión sobrenatural proveniente de tener formateado el propio caletre ad mentem Patris. El egocentrismo latente en “lo nuestro” pretende tomar la apariencia de generosidad; una generosidad y entrega que lo es hacia nosotros mismos; no hacia los demás. A un planteamiento totalitario se le ve el plumero, aunque se procure ocultarlo con consideraciones piadosas y recomendar jaculatorias en medio del trabajo. Para no perderme en generalidades, voy a centrarme en el trabajo doméstico.

Sabemos bien que las numerarias auxiliares no son tratadas como las demás numerarias en muchos aspectos. Entre tantas diferencias, algunas poco importantes o superficiales, deseo resaltar una que considero esencial: a diferencia del resto de numerarias, las auxiliares no desarrollan su trabajo profesional fuera de la casa en la que viven. Podrían perfectamente santificarse trabajando en casas particulares como cocineras, planchadoras, niñeras, doncellas, etc., para luego vivir en su propio centro con otras mujeres solteras, más o menos de su misma o parecida condición, como sucede en el caso de las demás numerarias. Eso sería lo lógico, me parece a mí, Pero no es así. No se las deja trabajar en otras casas. Sólo pueden trabajar para el Opus Dei y en casas del Opus Dei y vivir en casas donde ellas son sirvientas. No pueden tener un hogar en el que vivan a título de personas libres. Hoy día el servicio doméstico —y no sólo en España— va tomando la modalidad de las llamadas asistentas. Viven en su propio hogar, a veces están casadas, y en todo caso tienen su vida afectiva resuelta y no está ligada a la empresa o casa para la que trabajan. Tal es el quid de la cuestión, a mi modo de ver. Lo de menos es lo de la falta de sueldo, de seguridad social y cosas así. Eso es sólo la consecuencia.

Debe de haber muy pocas supernumerarias y agregadas que tengan por  profesión la de trabajar como sirvientas para instituciones y personas que nada tengan que ver con el Opus Dei. En tal caso se las encamina a lograr un sueldo lo más alto posible, que permita efectuar buenas aportaciones a la Obra, y que ese trabajo les ocupe el menor tiempo posible, para a continuación dedicar el máximo de su tiempo libre a las labores de la Obra. Nada de excederse en el trabajo profesional si tiene por destinatario a alguien o a algo ajeno al Opus Dei. Excederse en trabajar para la Obra, sííí, sííí, sííí.

Como el dador de trabajo de las numerarias auxiliares es el Opus Dei y el beneficiario de su tiempo libre es también el Opus Dei es muy difícil que los inspectores de trabajo sean capaces distinguir entre tiempo libre y tiempo dedicado al trabajo profesional. Probablemente les falte “visión sobrenatural” —no están formateados ad mentem patris— y como consecuencia no aceptan que el trabajo de una persona se prolongue durante un número de horas excesivo. Lo consideran explotación.

En el ejercicio profesional de todas las personas del Opus Dei se perciben esas dos distintas varas de medir. Si se trabaja como médico o como arquitecto para la Obra —como es el caso de las sirvientas y de los sacerdotes—no hay problema de excederse en la dedicación al trabajo. Si no se trabaja para el Opus Dei, hay que procurar dedicar al trabajo el menor tiempo posible, para dedicar al Opus Dei el resto.

A Zartán y a Soleado les diría que yo sí he encontrado casamenteros en la Obra. Esa actividad —no demasiado profesionalizada ni oficializada, es verdad— florece preferentemente entre los sacerdotes y en los confesonarios. Recuerdo a uno particularmente exitoso y muy apreciado por las parejas que había llevado al matrimonio. Los hay muy hábiles para que un súper case con una súper y tengan muchos supernumeratitos y sobre todo numes de uno y otro sexo.

La tarea del casamentero abarca también el desechar una novia que exige algo más de lo debido en tema de relaciones prematrimoniales o bien da señales de que no va a aceptar como pareja a alguien que se va de vez en cuando de ejercicios espirituales y de cursos anuales.

—¿Y por qué en vez de unos ejercicios espirituales no nos vamos los dos unos diítas a Benidorm? Te prometo que te dejaría ir a misa todos los días e incluso te acompañaría alguna vez.

Pertenecer al Opus Dei supone, además, una dedicación de dos horas y pico diarias a normas de piedad. No es moco de pavo. Hay que estar preparado para un ménage à trois. Los curas especialmente tienden a instalarse en el lecho matrimonial, al acecho, a ver cómo follan. No es curiosidad malsana, por supuesto, es velar por la integridad moral y por los futuros supernumeraritos y numes de uno y otro sexo.

Gervasio









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