Parece que es pero no es: estudios eclesiásticos de broma.- Datos
Fecha Monday, 30 August 2021
Tema 070. Costumbres y Praxis



DATOS OBJETIVOS

11. Parece que es pero no es: estudios eclesiásticos de broma

 

Una de las cosas que más sorprende cuando se revisan las biografías oficiales de Escrivá es el hincapié que se hace en la tesis que le dio el doctorado en derecho en España y la ausencia de mención alguna a cómo obtuvo el doctorado en teología en Roma. No hay ninguna referencia a la tesis que le dio el grado de doctor en teología. Y esto puede ser solo por dos razones: o bien obtuvo el doctorado en teología sin tesis o bien presentó la misma tesis que hizo en España para sus estudios civiles de derecho con ligeros retoques, lo cual no se puede hacer en ningún caso. En ambos casos, se puede decir que su obtención del doctorado en teología fue fraudulento...



Este caso de fraude también se observa si se estudian con detenimiento los doctorados que obtuvo Javier Echevarría. Es imposible que obtuviera lo que obtuvo sin que el trabajo lo hiciera otro. 

 

Lo cual está en consonancia con el bajo nivel, rayando en la broma, con que se realizan los trabajos de doctorado de teología y derecho canónico dentro de la Prelatura. Basta con ver los títulos de las tesis doctorales que se defienden en Roma y Navarra para entender que el único objetivo de esos trabajos es la obtención del título correspondiente, sin ninguna trascendencia ni en el ámbito del derecho canónico o la teología. Es de chiste. Se trata de un esfuerzo de documentación y recopilación (pequeño, muy pequeño) malogrado con temas absurdos como “El color de las casullas en la ordenación de los indios quechupmara en los días feriados del mes de mayo” y similares. Tantas facultades de teología y derecho canónico, tanto dinero invertido en edificios, instalaciones, becas de estudio y ayudas a seminaristas para que al final terminen desgranando el catecismo del padre Astete y proponiendo temas de investigación absurdos y sin ninguna transcendencia para la sociedad actual del siglo XXI. Como siempre hay pequeñas excepciones, pero son casos contados. Todo ese caudal de esfuerzo y de dinero, derrochado, por miedo a entrar en temas doctrinales relevantes para la sociedad actual como el reparto de la riqueza en el mundo, el papel de la mujer en la Iglesia, la sexualidad de las parejas, la pastoral para las nuevas familias, el nacimiento y el final de la vida humana, etc. De esto, como de todo, deberán dar cuenta a Dios. 

 

La situación en la asociación Opus Dei es igual de calamitosa. Las clases de latín son una broma y no se pueden llamar ni clases, las clases de doctrina son desgranar los eslóganes o escritos inventados del Fundador o bien repasar el catecismo del padre Astete. Abunda la memorización y no se permiten preguntas ni debates críticos. Los estudios conducentes a la ordenación sacerdotal de los laicos se realizan a trompicones, por profesores no cualificados a los cuales les han endosado un guión desarrollado, el cual relatan como cacatúas sin salirse del mismo. El bajo nivel se va replicando de profesores a alumnos y así generación tras generación. Claro, que con los modelos de Escrivá y Echevarría, todo vale. Lo importante es terminar y el título. Y a pesar de todas las facilidades hay gente que se eterniza y alarga años y años. Porque esos estudios les interesan un comino. Y como botón de muestra del nivel, vayan un par de ejemplos por delante. El primero es como se hacen la mayoría de los exámenes en convivencias y cursos anuales. El interesado recoge las preguntas del examen (que no son de desarrollo, son memorísticas) y las contesta por escrito redactando el examen en su habitación sin vigilancia, con total acceso a los manuales y apuntes de los cuales están extraídas las preguntas. Resultado: 10. No puede ser otro. 

 

Otro ejemplo son los trabajos de curso que mandan. Son recopilaciones que no requieren ninguna elaboración y que cualquier niño de secundaria puede hacer. Por eso, conozco un numerario que mandaba a la secretaria de su empresa que le hiciera esos trabajos. Total, no se requería ningún conocimiento previo ni capacidad especial. BOCHORNOSO.

 

Y encima se comparan con los conocimientos que reciben los seminaristas de las diócesis. Comparan la doctrina que reciben sus sacerdotes con la que reciben los sacerdotes de las parroquias. Alma de cántaro, si cuando queréis colaborar con las diócesis vuestros curas prelaturianos no sirven para otra cosas que para tribunales eclesiásticos de nulidades y separaciones, ya que sois un cero a la izquierda en pastoral, donde la doctrina del catecismo del padre Astete, que es lo único que saben vuestros sacerdotes, se queda corta, muy corta. Muchas collatios y tonterías, pero a la hora de la verdad nada de nada. Eso sí, mucha sotana y camisa cara con gemelos y colonia por todos lados. Bien afeitaditos y zapatos lustrosos. Todo fachada. Qué bien os lo montáis. En vuestros colegios-burbuja dais el pego. Pero solo ahí. Y solo cuela con los más pequeños…

 

¡Lejos de mi cualquier cura de la Prelatura! A no ser que sea un Ruiz de Retegui o similar.

 

Un saludo a todos y todas

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Capítulo del 1 al 10

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