Escribo para dar mi opinion acerca de la intervención de Lulu del día viernes 30 de julio.
A mí lo de desearnos felices vacaciones, o de aludir a personas que no todos conocen, no me parece tan grave ni síntoma de una actitud que sólo mira a su umbligo. En esta página acudimos centenares, quizá millares, de personas de todo el mundo. Yo misma, gracias a ella, he conectado con personas de todas las longitudes y latitudes con las que acabé por compartir, además del paso por el Opus Dei, muchos otros aspectos vitales (familia, trabajo, problemas...) y nos volvimos auténticamente amigos. Pero eso no conlleva que cuando hablamos de algo en esta página tenemos que hacer referencia a las circustancias de todos los demás.
Me parece que lo que Lulú nos invita a observar es algo un poco conectado a lo “políticamente correcto” que tan importante se está volviendo en nuestros días, hasta llegar en algunos casos a situaciones un poco exageradas. Por esta razón decidí intervenir, porque me parece que, aún sin ser un argumento muy relevante para los fines de Opuslibros, este reproche pueda quitar espontaneidad sin contribuir en nada al respeto de otros en circustancias distintas.
Si yo, que vivo en el emisferio boreal, leo en Opuslibros que Marchado y Exfeliz (nick inventados) se desean felices vacaciones en enero o febrero porque viven en el emisferio austral, no experiemento ninguna sensación de sentirme excluida porque me encuentro en plena época laboral, a lo máximo puedo experimentar un poco de envidia (¡de la buena!). Si Egresado y Felizfuera (nick inventados) aluden a otros de la sección de varones que yo por supesto no conozco por ser yo mujer e italiana y ellos unos varones nigerianos, otra vez no experimento sensación de exclusión. Si yo en una intervención aludo a personas concretas para quien tiene mi edad y mi nacionalidad, no lo hago por desprecio o indiferencia hacia quien, por circustancias distintas, no conoce las mismas personas, sino para darle consistencia a mis argumentos y experiencias. Es imposible, por ser tantos participando en Opuslibros, llegar a todos con la misma concreteza.
Es un poco como cuando en los colegios de naciones cristianas se pretende quitar los belenes o las celebraciones navideñas para no ofender los sentimientos religiosos de otras personas. A mí me parece que para enseñar a nuestros hijos el respeto hacia los que tienen religión distinta habría que admitir señas de las otras religiones a lado de la nuestra, explicar –y explicarnos- los contenidos de las fiestas, de las celebraciones, de los símbolos. Más fiestas y celebraciones, no menos.
Para respetar a los demás, creo yo, no es necesario acallar nuestras ideas, sino dejar espacio a las ideas de los demás. Y, más aún que con las ideas, con los sentimientos, los entusiasmos, los cariños... bajo pena, si no, de volvernos fríos y distantes, asépticos.
Para explicar más concretamente cómo lo entiendo, cuento que en estos últimos días me pasó de bromear via whatsapp con un austral enviandonos imagenes de los grados centigrados de nuestras localidades, extremadamente bajas las suyas, extremadamente calurosas las mías. No me pasó por la cabeza que sus quejas por tener frío fueran una falta de consideración hacia mí que me muero de calor.
No pretendo tener razón sobre ese argumento, tan sólo dar razones para ver las cosas bajo un angulo distinto y quizá más tolerante...
Feliz Agosto para todos!
Elena
